Mision_Peten_ Por segundo año consecutivo los salesianos en formación inicial de las fases del prenoviciado y postnoviciado hemos tenido la experiencia de misionar en las aldeas de la Parroquia Las Cruces, en Petén, Guatemala.

 

Sábado 16

El sábado 16 partimos de la capital de Guatemala a las 9:30 a.m. rumbo a la parroquia que nos acogería, llegamos a nuestro destino a las 8:30 a.m. luego de haber dejado nuestras mochilas en la entrada del templo, el párroco empezó a mencionar los nombres de las aldeas en los que los grupos de formandos (parejas o tríos) prestarían su servicio durante la Semana Santa.

 

Domingo 17

El trío del que escribiré las diversas experiencias es el conformado por Jacobo Rivas, Carlos Ché (quien predicó algunos días en su lengua materna: q'eqchi') y mi persona Efrén Artiga, los primeros prenovicios (estudiantes de primer año en formación) y yo postnovicio (cuarto año de formación).

 

Por segunda ocasión fui enviado a la aldea que lleva por nombre La Técnica, frontera con el Estado de Chiapas, México, pero ahora junto a estos dos hermanos, para quienes era primera vez la experiencia de misión en Petén.

 

Después de haber desayunado, el Padre Enrique, párroco de Las Cruces, nos entregó el Santísimo Sacramento, para que distribuyéramos la comunión en las diversas celebraciones de la Palabra de esa semana.

 

A las 11:00 a.m. abordamos el microbús que nos trasladaría hasta la aldea. Llegamos a las 2 p.m. nos  ubicamos  en el cuarto que tenían preparado para nosotros, pero, sorpresa: el coordinador nos comentó que según acuerdo en una reunión parroquial les habían informado que solo tendrían la presencia de un seminarista y no de tres, pero nos dijo que no nos preocupáramos, que ya resolverían la situación, sobre todo buscar el lugar donde dormiríamos.

Para mientras dejamos nuestras mochilas en su casa, porque a las 3:00 p.m. teníamos la reunión con el comité de la comunidad para ponernos de acuerdo sobre el horario de las diferentes celebraciones.

 

Cuando entré a la capilla, casi me voy de espaldas, porque estaba muy diferente a como estaba el año pasado: la habían pintado, habían comprado algunas telas para adornarla, tenían más instrumentos, pues el coro se había incrementado, tenían un nuevo ambón, entre otros cambios.

 

Me alegré muchísimo de ver esta renovación y felicité, en nombre de mis hermanos a toda la comunidad, especialmente al grupo de jóvenes que se había conformado y quienes fueron los promotores de estos cambios.

 

Terminada la celebración,  les comunicamos el horario que habíamos acordado con el Comité, para conocer su parecer.  Estuvieron de acuerdo con todo. Desde ese dia se invitó a los fieles a participar en la Vigilia Pacual.

 

Lunes 18 y martes 19

Estos dos días, por la mañana y buena parte de la tarde, hemos hecho una visita casa por casa, compartiendo en cada hogar la Palabra de Dios, orando por cada familia e invitándoles personalmente a las celebraciones, esto nos permitió conocer más a fondo la realidad de los habitantes de esta aldea.

 

Por la tarde, hemos participado en la celebración de la Palabra.  El día martes nos hemos reunido con los adultos de la aldea para compartir con ellos algunos temas  y aclarar muchas dudas que ellos presentaron.

 

Miércoles 20

Por la mañana de este día nos hemos encontrado con aproximadamente 60 niños y jóvenes en un retiro que duró hasta el mediodía donde profundizamos el por qué de las diferentes celebraciones de la semana santa.

 

Por la tarde una de las jóvenes dirigió la celebración de la palabra.

 

Jueves 21

Este día en que se empieza el triduo pascual, hemos celebrado con mucha solemnidad la celebración de la palabra de la cena del Señor, la cual fue presidida por uno de los jóvenes de la aldea. En esta celebración se reflexionó en el servicio y en el amor, oramos por todos los sacerdotes, además, aprovechamos para invitar a los jóvenes a pensar en la vocación religiosa o sacerdotal.

 

Durante la semana, nuestros tiempos de comida eran en diferentes casas de las familias católicas de la aldea. Nosotros llegábamos y siempre tenían listos nuestros platos con unas deliciosas tortillas recién salidas del comal, pero la cena del jueves fue diferente porque tuvimos que ayudar a cocinarle a la familia, debido a que la cena consistía en pupusas.  Este fue un bonito momento para compartir con la familia anfitriona.

 

Viernes 22

Por razones pastorales, celebramos seguidamente, por la tarde, el via crucis y la pasión de nuestro Señor Jesucristo.

En el via crucis recorrimos toda la aldea, aproximadamente dos  horas y media. Las personas poco a poco se fueron agregando a la procesión, y se retiraron hasta el final de la celebración la palabra, donde reflexionamos en la entrega de nuestro Señor por y para nosotros.

 

Sábado 23

La vigilia pascual fue el momento más solemne de toda esta semana, a las 6:00 p.m. empezamos la primera parte de esta celebración (Lucernario), con la reunión alrededor de la fogata preparada por los jóvenes, luego continuamos en la capilla, en la que tengo que aclarar que no hay electricidad, pero que el comité, para que pudiéramos celebrar a estas horas, había conseguido unas extensiones conectadas desde una casa que estaba a casi 50 metros y unos focos que iluminaron toda la capilla.

La liturgia de este día fue impecable y esto gracias a la ayuda de los jóvenes y algunos adultos que sirvieron con las lecturas, los salmos, que fueron  cantados, la colocación del mantel sobre el altar, las flores, etc.

 

Después de haber finalizado la celebración compartimos una cena pascual preparada para todas las personas que participaron en la vigilia. Los salesianos nos despedimos de toda la comunidad, ya que el siguiente día salíamos muy temprano rumbo a la parroquia Las Cruces. 

 

Domingo 24

A las 6:00 a.m. abordábamos el bus para regresar a Las Cruces y participar en la misa de resurrección de las 10:00 a.m. A las 9:30 p.m. partimos de Petén hacia la Capital de Guatemala.

 

Con mucha alegría, puedo concluir que estos santos días, reunido con todas estas familias de la aldea La Técnica, incentivan mi camino formativo salesiano misionero y me invitan a orar cada día más por las vocaciones religiosas y sacerdotales, además de orar por todos los laicos que con mucho esfuerzo se comprometen por llevar la Palabra de Dios a tantos lugares donde los sacerdotes no pueden llegar.

También me invita a valorar cada misa, pues yo tengo la dicha de participar en ella todos los días, mientras que en esta aldea el sacerdote llega tres o cuatro veces al año.

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