Don Bosco estampas. En mis cincuenta años de vida salesiana en Centro América nunca había participado ni a la novena ni a la celebración de la fiesta de Don Bosco en Panamá. Sabemos que en este país se celebra esta fiesta con un fervor y una participación masiva verdaderamente impresionante.

Este año me ha tocado la suerte de predicar la novena de Don Bosco en este país. Esto me ha obligado a leer más para prepararme, pero al mismo tiempo me ha dado la oportunidad de estar en contacto con un pueblo que no solamente admira a Don Bosco, sino que lo ama. Este fenómeno se remonta a los años treinta, cuando el P. Soldati comenzó a difundir de casa en casa la devoción a Don Bosco.

La característica de este culto tiene los típicos elementos de la religiosidad popular que ha sido aprovechada y orientada bien por los salesianos que han pasado por este país. La celebración de la novena ha ido atrayendo siempre mayor cantidad de fieles que acuden al templo basílica de Don Bosco.

Para poder atender la necesidad de tantos fieles se ha programado desde hace años tres misas: 6:45 am, 5:00 pm, 6:30 pm. En las tres misas la iglesia se llena todos los días. Me han impactado positivamente las celebraciones litúrgicas de la Eucaristía por el fervor de la gente, su entusiasta y alegre participación y su profunda devoción.

La predicación, que es transmitida por cuatro radios, se orienta hacia una evangelización del pueblo. En vista del bicentenario y en sintonía con el Aguinaldo de este año, se ha presentado algunos aspectos de la vida de San Juan Bosco, que pueden iluminar nuestra vida y nuestra cultura actual.

Entre cantos sagrados marchas musicales, vivas y oraciones, los que participan a la procesión del día 31 por la tarde son varios cientos de miles. Muchos llevan a sus niños vestidos de Don Bosco.

Salvador Cafarelli

Compartir