La difícil tarea de educar. Mi hijo mayor, José Alejandro, es un niño especial, tiene más energía de lo normal, es más creativo de lo normal, es más curioso de lo normal y eso, en sus pocos años escolares, ha sido un problema difícil de manejar para nosotros y para sus maestros.

 

Actualmente está en primer grado, en una escuela grande y con muchos compañeros. Es frecuente leer en sus cuadernos notas y afirmaciones negativas, pero sé que en el fondo, él lo que desea es más aprendizaje. Tiene grandes personas como profesoras, a quienes agradezco su compañía y apoyo en este "proceso".

Casualmente una de estas profesoras, la seño Elisa, quien tiene el minúsculo trabajo (en total sentido figurado) de guiar a José y ayudarlo a enfocarse, cuando se pierde en las clases cotidianas. Este día, cuando revisaba su la mochila, encontré una imagen de un niño rezando y venia una oracioncita a la virgen María y le pregunte que de donde había salido esa imagen, el pronto me contesto: "la seño Elisa me la regalo para que cuando me quiera portar mal haga la oración que viene ahí"

Quede impresionada, por el cariño que le demostró la señorita en ese momento, pero aún más, porque muchos años atrás, supe de una niña tan tremenda como José, a quien un joven sacerdote le regalo la mismísima imagen, a la cual le rezaba todas las noches, pidiendo ser una niña mejor. Esa niña era yo y el joven sacerdote que me dijo esas mismas palabras, fue mi guía espiritual, Pbto. Minor Calvo, a quien guardo un profundo cariño, pero que lamentablemente murió poco después de eso, dejándome físicamente solo esa imagen, la cual aún conservo.

Hoy recibí el abrazo de Dios, pues siento que me dijo "no te preocupes Vivi, ser madre no es fácil, pero yo siempre estaré ahí".

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