Salesianos en Petén. Tras la experiencia misionera vivida por un grupo de voluntarios salesianos de España durante el verano de 2014, en la cual conocieron la realidad y el proyecto salesiano existente en San Benito, comenzó un hermanamiento entre ambas casas.

 

Eso ha hecho que surja un sentimiento misionero en la casa salesiana de Aranjuez, generando un movimiento que ha llevado a que otro grupo de voluntarios salesianos a retomar la experiencia del año anterior durante el verano de 2015.

Son varios los motivos que nos han llevado a revivir la experiencia en Petén: la inquietud de realizar un voluntariado con jóvenes y conocer otras realidades; la contribución a la pastoral juvenil de San Benito con lo recaudado a través de los diferentes proyectos en Salesianos Aranjuez; el entender la vida como un servicio a los demás, más allá de la comunidad de origen; continuar con el movimiento juvenil salesiano, llevando este carisma de Don Bosco a través de fronteras, siendo la voz de los jóvenes, tanto de San Benito como de Aranjuez.

A lo largo de este mes de voluntariado nos hemos dedicado a realizar diversas actividades como:

  • Formación a grupos: Se han realizado diferentes dinámicas con el grupo de Acólitos y Monaguillos (de edades variadas), grupo Don Bosco (jóvenes hasta los 18 años) y Confirmación (jóvenes que se preparan para recibir este sacramento). Además se programaron actividades de reflexión, análisis, formación en valores y acompañamiento en la fe.

  • Oratorio: Durante los domingos por la tarde, los voluntarios apoyamos a los animadores en el apoyo escolar, y animamos con juegos y canciones los momentos de finalización del mismo.

  • Ayuda en los comedores en las capillas de los barrios, así como realización de bailes y juegos populares, españoles y guatemaltecos, con los niños y jóvenes durante la preparación de la comida.

  • Elaboración de talleres de cocina española (elaboración de una tortilla de patata) y de champú natural con las integrantes de la pastoral de la mujer. Además tuvieron lugar bailes sevillanos y juegos mientras se desarrollaban.

  • Oraciones, juegos, bailes, canciones y dinámicas con los niños y jóvenes de los diferentes barrios en sus correspondientes capillas, antes de la Eucaristía.

  • Apoyo al grupo parroquial y animación a la participación de los jóvenes en el proyecto del hospital, dando dos veces por semana (jueves y sábados) un vaso de atol y un pan a los familiares, pacientes y personal sanitario.

Durante estos días han sido muchas las experiencias vividas, dejándonos huella a cada uno de nosotros. Nos hemos dado cuenta de la cantidad de trabajo pastoral que se puede realizar en una obra tan amplia como la existente en San Benito. Para ello es necesaria la presencia de una comunidad, como la que existe en la actualidad, que pueda aportar el carisma de Don Bosco en una realidad en la que hay jóvenes y familias en grave situación de vulnerabilidad. Otro aspecto que nos ha llamado la atención ha sido la gran desigualdad social, habiendo una clase muy pobre y una clase adinerada, sin la existencia de una clase media. Por otro lado hemos detectado que la sociedad tiene una gran connotación machista, donde la mujer tiene un papel secundario. Eso nos llevó a apreciar que, dinámica tras dinámica, las mujeres tenían gran necesidad de hablar y de ser escuchadas, ya que muchas veces sus voces quedan en el olvido. Como tampoco podemos olvidar la situación precaria de la sanidad y la educación, empezando por las huelgas de dos meses de los profesores y finalizando con la presencia de un solo hospital público para todo Petén. El voluntariado en este lugar ha hecho que experimentemos sentimientos confrontados. Además de ello y de las actividades como la entrega de víveres de primera necesidad, comedor, etc. han hecho que brille la tremenda humanidad de la gente, la generosidad de compartir su tiempo y sus pocas pertenencias para ayudar a los demás. En cada dinámica, juego, visita a capillas, el feedback de las personas estaba cargado de cariño, escucha, humildad y agradecimiento, recargándonos las baterías de grandes valores cristianos. Cada niño, joven y adulto son corazones que necesitan latir, jugar, reír, hablar… y nosotros hemos sido ese pequeño estímulo para que se lanzaran a la vida.

 

Para finalizar, no podemos olvidar la vida compartida con la comunidad salesiana de San Benito. Una comunidad que da su servicio apostólico a todos los católicos de la localidad, formando un gran equipo con un fuerte carisma salesiano, haciendo que la gente de la parroquia vaya conociendo la figura de San Juan Bosco. Hemos percibido que el motor de su vida es estar por y para los jóvenes, dedicando todo su tiempo al servicio, atención y acompañamiento de los mismos y sobre todo de los más necesitados. Nosotros, que hemos compartido un mes con ellos, nos hemos encontrado una comunidad abierta que acoge al voluntariado y que le hace partícipe de su propia vida comunitaria, compartiendo momentos de oración, de distensión, de trabajo y de coloquio, sobre todo viviendo la vida como reflejo del Evangelio. Hemos percibido que son el corazón latente de San Benito que hace posible que el sueño de Don Bosco esté más vivo que nunca, que hacen que la Palabra se haga realidad entre los jóvenes y adultos que les rodean, que hacen que merezca la pena la vida entregada a los demás por la vocación recibida por Dios.

 

Creemos que hay que seguir apostando por esta misión salesiana de Petén, pues refleja claramente lo que Don Bosco se encontró en Valdocco, para nosotros ha sido como volver a los orígenes del ambiente oratoriano, verdadera fuente del carisma salesiano. Una experiencia que marca un antes y un después en nuestras vidas, que nos ha hecho replantearnos la vida desde otra visión, desde otra perspectiva, desde una vocación.

 

Gracias

Voluntarios Salesianos de Aranjuez (España)

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