Taller para artistas jóvenes. El domingo 15 de octubre se abrió en el Oratorio Domingo Savio el taller de pintura para niños y niñas. Sorpresa: una docena de chiquillos aceptó la invitación.

En una sala estrecha y poco iluminada – único espacio disponible – se apretujaron los pequeños aspirantes a pintor. Silenciosos y expectantes, esperaban las indicaciones para adentrarse en ese mundo misterioso, del que no conocían absolutamente nada: el mundo del arte pictórico.

Silenciosos, sí. Estos pequeños oratorianos no son bulliciosos. Hay en ellos un silencio inquietante. Casi no hablan. Tampoco es un silencio agresivo. Simplemente son callados. Como si una sombra misteriosa opacara la natural expresividad del niño.

 

Los maestros de pintura son unos jóvenes entusiastas que integran el grupo parroquial ESCOGE. Ellos transformaron ese rincón sucio y lleno de cachivaches en el improvisado taller de pintura. Para comenzar, estaba bueno. Pero sueñan con darle luz, color y más comodidades.

Nuestros pintores en embrión escucharon con atención silenciosa las indicaciones básicas para trabajar con los tres colores primarios. No era el momento para mucho bla, bla, bla. De modo que a los pocos minutos cada niño y niña comenzó a colorear con pinceles reales y botecitos de pintura real los modelos recibidos.

Como no hubo ceremonia de inauguración del flamante estudio-taller, me enteré del mismo hasta que lo vi lleno de niños distribuyendo colores en los moldes que les habían proporcionado. Entonces corrí a traer la cámara fotográfica. Ese acontecimiento debía quedar registrado para la historia de nuestro Oratorio.

Al final, los aspirantes a pintores salieron del taller llevando cuidadosamente su primera obra de arte. Alguna de esas joyas pictóricas llevaba al lado, escrito con letras desgarbadas, el nombre de su autor.

No pregunté a los jóvenes de ESCOGE sobre su primera experiencia didáctica, pero era evidente su satisfacción.

Supongo que esos niños y niñas que dieron su primer paso en el camino del arte estarán toda la semana esperando con ansia retomar el pincel, dar color a sus fantasías y crecer en la confianza en sí mismos.

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