doctor 1.- 'Vocación' significa 'llamada de Dios'. En primer lugar Dios nos ha llamado a todos a la vida. Si hemos nacido, es por eso. Cuando mamá estaba embarazada

de nosotros no nos esperaba a nosotros precisamente. Podía haber nacido otra persona y mamá la hubiera querido igual, y no nos habría echado de menos. Sólo Dios sabía que éramos nosotros los que íbamos a nacer porque 'él nos formó en el vientre de nuestra madre' (Sal 139,13). En realidad Él nos predestinó a nacer desde antes de la creación del mundo según Ef 1,4. No hemos nacido, pues, por casualidad o por equivocación. Independientemente de cuáles hayan sido las circunstancias que rodearon nuestra concepción y nuestro nacimiento, la verdad es que ha sido Dios quien nos ha llamado a la vida y ha creado nuestra alma en el momento en que nuestros padres nos concibieron.

2.- Cuando Dios llama es para algo. Hemos sido llamados a la existencia con un propósito. Nuestra vida tiene un sentido. Tenemos una misión que cumplir en esta vida. La pregunta debe ser, pues, ¿cuál es el plan de Dios para mi vida? ¿Qué espera Dios de mí? ¿Para qué me ha creado? En términos generales, Él mismo nos da la respuesta: "Dios nos eligió en Cristo, desde antes de la creación del mundo, para ser santos, por medio del amor" (Ef 1,4). Vayamos aclarando, pues, el concepto de nosotros mismos: 'soy un elegido de Dios'. Dios ha pensado en mí desde siempre. Y me ha creado para ser santo por medio del amor. Esa es, pues mi vocación: a eso me llama Dios. Sobre esto debemos reflexionar: La principal vocación de todo ser humano es la santidad, es el amor. Hemos sido creados para amar. El Concilio Vaticano II lo dice así: El ser humano no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás (LG 24).

3.- Digamos también que Dios nos ha creado porque quiere establecer con todos nosotros (individual y comunitariamente), una alianza de amor; quiere hacernos participar de su vida divina, quiere que seamos sus hijos. Se trata de una llamada al encuentro personal con Jesucristo. Y este encuentro se da por la fe, la conversión, el bautismo, la entrada en el nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia. Así participamos en la vida sobrenatural, la vida de la Gracia o vida divina. Estamos llamados a ser cristianos. Estamos llamados a la salvación.

Estas llamadas exigen una respuesta consciente por nuestra parte. No podemos evitarlo.

4.- ¿Podemos concretizar un poco más lo que significa la vocación al amor como discípulos de Jesús? Amar significa darse; buscar afectiva y efectivamente el bien de la persona amada. "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2,18). Para amar hay que vivir en comunidad, en familia. Sólo así somos imagen de Dios-Amor, de Dios que es comunidad de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Por eso, normalmente, la vocación de todos al amor, se puede vivir de dos maneras:

- En el matrimonio entre un varón y una mujer, para ayudarse mutuamente y procrear otros hijos de Dios. Se trata de la familia basada en el matrimonio.

- En la vida sacerdotal o en la vida religiosa, consagrándose a Dios a tiempo completo para servir y amar a los seres humanos, como Cristo amó a su Iglesia. Aquí la familia es la comunidad religiosa o la comunidad eclesial o parroquial.

"La Revelación cristiana conoce dos modos específicos de realizar integralmente la vocación de la persona humana al amor: el matrimonio y la virginidad" (Familiaris consortio, 11).

Calculo que el 99.9% de los cristianos son llamados a vivir la vocación al amor y a la santidad a través del sacramento del matrimonio.

Ello significa que, entre los cristianos, uno entre mil son llamados a vivir la vocación al amor y a la santidad en la vida consagrada o sacerdotal.

-¿Cuántos alumnos de tu Colegio calculas que tendrán hoy esta segunda vocación en relación al número de matriculados?

No esperes que se te aparezca un ángel para decirte cuál es tu vocación. Escucha la Palabra de Dios, haz oración, consulta a creyentes que te conocen bien y te aman.

Para el ser humano es posible también decir 'no' a Dios. Pero esa no sería una decisión inteligente.

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