La Sagrada Escritura deja claro que Jesús fue engendrado por obra del Espíritu Santo, y no por obra de varón: “¿Cómo será esto puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder de Altísimo te cubrirá con su sombra; por esto el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,34-35).
Pero la Biblia también insiste en el hecho de que Jesús nació dentro de una familia basada en el matrimonio legalmente constituido:
- Mt 1,16: “Jacob engendró a José, esposo de María, de a que nació Jesús, llamado Cristo”.
- Mt 1,18: “La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José…”.
- Mt 1,19: “Su marido, José, como era justo no quería ponerla en evidencia…”.
- Mt 1,20: “Un ángel se le apareció en sueños y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu esposa”.
- Mt 1,24: “Cuando José despertó, hizo lo que le había mandado el ángel y recibió a su esposa”.
- Lc 1,26-27: “Fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José”.
- Lc 2,4-5: “Subió también José desde Galilea a la ciudad de Belén para empadronarse con María, su esposa”.
- Lc 2,33: “Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él”.
- Lc 2,41: “Sus padres iban todos los años a Jerusalén”.
Esta insistencia de la Escritura no parece casual. Evidencia, por el contrario, que Dios quiere resaltar el hecho de que Jesús, a pesar de que no era hijo natural de José, sin embargo, nació, se crió y se educó en una familia basada en un matrimonio legítimo: el matrimonio constituido por José y María.
Si este hecho quedó tan resaltado en la Escritura, significa que quiere dejarnos un mensaje importante.
