Diseño por: BSCAM El autor Jonah Lynch plantea una teoría que podría ser abrumadora. El Internet y sus redes sociales dejaron de ser neutrales para controlarnos y llevarnos de la mano a acciones negativas o autodestructivas.

La era digital, como el símbolo del anillo en la historia de Tolkien, El Señor de los Anillos, “es un poder tan grande que nadie es capaz de usarlo correctamente, ni siquiera los más buenos y justos. El anillo tiende a corromper a todos”, dice Lynch.

¿Será verdad? ¿Estamos condenados a ser títeres de las redes sociales y del enjambre digital? Ciertamente las plataformas son cada vez más seductoras para hacernos caer en una gran gama de trampas, no importa quien eres o lo que hay en tu corazón. Si no eres lo suficientemente fuerte o astuto, estás condenado a caer.

Por esta razón hay personas muy buenas, jóvenes y niños metidos en sexting, redes de pornografía y ciber bullying. Ante esta posible realidad ¿qué se nos exige como cristianos católicos?

En el sínodo de los obispos se tocó este importante tema y el resultado de la reflexión fue una invitación a “habitar en el mundo digital, promoviendo las potencialidades comunicativas con vistas al anuncio cristiano, y a “impregnar” de Evangelio sus culturas y dinámicas”.
¿Cómo impregnamos de Evangelio las redes en un mundo en el que parece que gana la maldad?

Hay mucho que podemos hacer. Para comenzar, te dejo un decálogo del buen usuario de internet. Revísalo y constata si estás haciendo las cosas bien.

Los ángeles en la red:

1. Aprenden todo lo posible sobre el uso y manejo de las redes sociales, apps y programas que usan frecuentemente para no caer en trampas.

2. Nunca, por ningún motivo, envían fotos o videos íntimos por mensajería instantánea o correo electrónico. Ellos saben que una vez que una imagen, video o información sale del móvil, jamás se vuelve a tener el control sobre lo transmitido.

3. Nunca se prestan a discusiones en redes sociales porque saben que los mensajes de texto pueden ser malinterpretados fácilmente.

4. No comparten información que fomente el racismo, la burla o el desprecio a los demás.

5. Sus redes están llenas de mensajes positivos, contenido de interés, apoyo a causas nobles y análisis concienzudos sobre la realidad.

6. Siempre comparten lo que saben y respetan las opiniones de todos.

7. Nunca usan palabras ofensivas cuando no están de acuerdo con el pensamiento de otros.

8. Siempre se aseguran de que la información que van a compartir sea verdadera para no fomentar la desinformación. Por ello nunca comparten cadenas, noticias falsas o atrasadas.

9. Cuando hablas con ellos, en persona, el celular siempre está mudo o apagado. Te dan toda su atención.

10. Viven su vida real intensamente, no a través de las pantallas.

 

 

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