congerdesign Cuando somos adultos y recordamos nuestra infancia, seguramente vendrán a nuestra mente un sinnumero de travesuras, experiencias en la escuela, amigos con los que compartíamos nuestras tardes de juegos.

Pero nuestro corazón guarda un lugar especial para aquellos “regalos” que recibimos de nuestros padres, aquellos detalles que nos hicieron sentir queridos y especiales. Puede haber sido el juguete que tanto deseábamos, o la tarde en que mamá me enseñó a hornear galletas o cuando papá me pidió que fuera su ayudante mientras reparaba su auto.

Puede ser también que, ahora siendo adultos, recordemos con especial cariño cuando mamá nos reprendió por una mala actitud o cuando papá nos enseñó la importancia de perseverar hasta lograr lo que nos propusimos. En su momento no lo comprendíamos, pero también eran grandes regalos.

Talvez nuestros hijos no recordarán lo que les obsequiamos, sino cómo los hicimos sentir: queridos, importantes, útiles; o las lecciones que les enseñamos y que les dieron herramientas para ser mejores personas.

Te proponemos cincuenta regalos que puedes dar a tus hijos y que no cuestan nada.

  1. Papa y mamá: Abrácense y júrense amor eterno delante de sus hijos.

  2. Mantengan siempre las promesas. No mientan nunca.

  3. Dejen que los abuelos los consientan un poco.

  4. Hagan a los otros lo que les gustaría que hicieran por ustedes.

  5. Preparen buenas respuestas a la pregunta : “¿Cómo nacen los niños?”.

  6. Los niños imitarán siempre lo que hacen y nunca lo que dicen. Sean modelos.

  7. Denles la costumbre de buenas lecturas.

  8. Acostúmbrenlos a terminar lo que han empezado. Expliquen que los grandes resultados se obtienen con el esfuerzo y la perseverancia.

  9. Procuren que ellos oigan cuando le dicen a otros lo orgullosos que están de ellos.

  10. Cuéntenles sus vidas. Sobre todo de cuando tenían su edad.

  11. Ayúdenlos a que formen parte de un grupo de amigos, en un equipo de la escuela, en una banda de música.

  12. Sean firmes y mantengan sus valores y principios personales: serán su punto estable de referencia.

  13. Léanles en voz alta sus libros preferidos.

  14. Dejen que afronten las consecuencias de sus acciones. No pueden ser siempre sus rompeolas.

  15. Pregúntenles todas las noches cómo les ha ido durante el día.

  16. Antes de castigarlos, asegúrense de que han comprendido bien las tres razones del castigo: por qué está prohibido, por qué deben corregirse y por qué no lo deben hacer más.

  17. Asegúrenles que estarán siempre allí para ellos, pase lo que pase.

  18. Compongan juntos una canción estúpida y cántenla a todo pulmón.

  19. Denles la posibilidad de que tengan cerrada la puerta de su cuarto.

  20. Enséñenles a reconocer sus errores sin echar la culpa a otros, y a aceptar las derrotas.

  21. No olviden nunca el beso de buenas noches aunque se hayan dormido ya (o tengan más de treinta años).

  22. No dejen para mañana lo que querrían hacer con ellos hoy: mañana no llega nunca.

  23. Díganles que los quieren. Díganselo otra vez. Una más.

  24. Prohíban las palabrotas en su presencia.

  25. Respondan a sus preguntas. O ellos dejarán de hacerlas.

  26. No vayan nunca a dormir dejando un conflicto abierto.

  27. Cuiden de ustedes mismos y de su salud. Ustedes son importantísimos para ellos.

  28. No digan nunca: “¿Lo has visto? Yo tenía razón”. Lo saben ya.

  29. Enséñenles a nadar, a andar en bicicleta, a cocinar, a planchar, a coser y a bailar.

  30. Inventen ritos familiares. En la mesa, den a cada uno “su” sitio.

  31. Enseñen a distinguir el bien del mal. Hagan ejercicio juntos.

  32. No subestimen nunca sus miedos, ansiedades, dudas, preocupaciones.

  33. Enséñenles a encontrar la estrella polar y los cuatro puntos cardinales.

  34. Vean con ellos sus programas favoritos.

  35. Digan con frecuencia las frases mágicas: “Estoy orgulloso de ti”, “Confío en ti”, “¡Lo lograrás!”.

  36. Quiéranlos como son. Este es el regalo más precioso.

  37. Digan frecuentemente: “Porque soy tu padre/tu madre y soy responsable de ti. Punto”. Es la razón más que suficiente.

  38. Hagan simulacros en casa para que sepan qué hay que hacer en caso de incendio, peligro, terremoto, etc.

  39. Enséñenles a que no tiren nunca la toalla hasta que el partido no se haya acabado totalmente.

  40. Pónganles alguna sorpresa en la mochila o en la lonchera.

  41. Denles ejemplo: Reciclen

  42. Acostúmbrenlos a excusarse y a pedir perdón.

  43. Los padres tranquilos y serenos tienen hijos tranquilos y serenos. Recuérdenlo

  44. Invítenlos a tomar un helado o al cine.

  45. Dejen que sean otros los que les aclaren el misterio de Santa Claus y del ratoncito Pérez.

  46. No los comparen nunca con nadie.

  47. Dejen secretos sus secretos.

  48. No intenten aparecer infalibles ante sus ojos.

  49. Sean los padres que les habría gustado tener.

  50. Recen con ellos todas las noches.

Encuentren juntos, padres e hijos, otros 50 regalos.

 

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