meditacion1Los apóstoles quedaron totalmente desconcertados la primera vez que escucharon que Jesús se dirigía a Dios llamándolo en su idioma arameo: “Abba”, que significa: “Papá”.

Meditacion248Para muchos cristianos la Biblia todavía es un “tesoro escondido”. Todavía no se han encontrado, personalmente, con la Palabra de Dios. Muchos, como Marta del Evangelio, van de un lado a otro queriendo quedar bien con Jesús: multiplican sus prácticas de piedad, sus ritos religiosos.

Foto: Ian EspinozaSegún el Señor, el terror que había invadido a los discípulos era producto de su falta de confianza en él. Llevaban en su lancha al autor de la vida, y estaban pensando en la muerte. El temor excesivo nos juega malas partidas: nos derrota, nos hace ver gigantes por todas partes. Pensamos en las olas del mar y nos olvidamos de Jesús.

Foto por: FreepikTarde o temprano, a todos nos toca sufrir el “silencio de Dios”. Una tragedia, la persecución, la enfermedad, el fracaso económico. Entonces nos preguntamos: “¿Dónde está Dios?”. Nuestros amigos, que conocen nuestra fe, nos preguntan: “¿Dónde está tu Dios?” Nos dirigimos a Dios para preguntarle: “Señor, ¿qué pasa conmigo? Y solo recibimos como respuesta el pesado “silencio de Dios”.

Meditacion2 Eco EvangeliEs frecuente encontrarse con personas que afirman tranquilamente que ellas practican la religión a “su manera”. Este es un solemne disparate.

Foto: lerodriguezMuy consolador lo que escribe san Pablo en su Carta a los Efesios: Ustedes han sido salvados por la gracia mediante la fe, y esto no viene de ustedes, sino que es un don de Dios (Ef 2,8).

GeorgemuresanCon frecuencia, por televisión, aparece algún predicador no católico, que, cuando alguien le pregunta qué debe hacer para salvarse, le responde: “Usted no tiene que hacer nada; ya Jesús lo hizo todo por usted en la cruz”.