- Por Hugo Estrada /
- 615
Con frecuencia, por televisión, aparece algún predicador no católico, que, cuando alguien le pregunta qué debe hacer para salvarse, le responde: “Usted no tiene que hacer nada; ya Jesús lo hizo todo por usted en la cruz”.
Además, le ayuda a hacer una breve oración: “Hermano, diga conmigo: Jesús yo te acepto en mi corazón, me entrego a tí, te doy gracias porque me has salvado. ¡Gloria a Dios, hermano; usted desde ahora ya es salvo!” Todos gritan: “Aleluya, gloria a Dios”.
- Por P. Hugo Estrada, sdb /
- 1224
Alguien escribió que en la actualidad el número de úlceras estomacales está en proporción directa al número de llaves que se llevan en la cintura o al número de teléfonos sobre el escritorio.
- Por P. Hugo Estrada sdb /
- 1257
Fue Santiago el que advirtió: “La fe sin obras es muerta” (St 2,20). La fe madura debe evidenciarse por las obras de fe, sobre todo por el amor. El mismo Santiago pone un ejemplo. Un pobre llega a una comunidad: todos, aparentemente, lo reciben con bondad. Le dicen que se abrigue, que le vaya bien, que coma, pero nadie le da nada. Santiago concluye diciendo: “La fe sin obras es muerta” (St 2,20).
- Por Papa Francisco /
- 1022
El Señor «entregó su espíritu” en una cruz cuando tenía poco más de 30 años de edad. Es importante tomar conciencia de que Jesús fue un joven. Dio su vida en una etapa que hoy se define como la de un adulto joven. En la plenitud de su juventud comenzó su misión pública y así brilló una gran luz, sobre todo cuando dio su vida hasta el fin. Este final no era improvisado, sino que toda su juventud fue una preciosa preparación.
- Por Hugo Estrada /
- 1307
Uno de los mejores retratos espirituales de Pablo lo proporciona Jesús mismo, cuando le dice a Ananías: “Este es para mí un instrumento elegido para anunciar mi nombre a todas las naciones” (Hch 9,15) Una traducción dice: “Este mismo me es un vaso escogido”.
- Por P. Hugo Estrada SDB /
- 1565
La cruz no se puede llevar en solitaria. Hasta Jesús necesitó de un Cirineo. Nadie puede creerse tan autosuficiente como para llevar solo la cruz. Nuestra cruz sólo la podemos cargar acompañados de Jesús. Es él quien nos va abriendo camino y nos hace de Cirineo cuando ya no aguantamos. Sin Jesús a nuestro lado, seríamos como los filósofos estoicos que se habían convertido en “levantadores” de pesas espirituales, en exhibicionistas del sufrimiento.
- Por Hugo Estrada /
- 1511
Una imagen deformada de Dios nos impide sentirnos “hijos de Dios “. Toda relación con Dios tiene su raíz en nuestra autoimagen delante de él.