“Me basta que sean jóvenes para amarlos”. Por la mañana a las 6:30 am ya todos los alumnos del Don Bosco de Guatemala estaban reunidos alrededor del patio. Se sacó la urna al centro del mismo y los muchachos la rodearon con una espiral humana. Al centro, Don Bosco y alrededor los 1600 alumnos del Colegio. La espiral se transformó en un corazón gigante que cantaba al Santo de la Juventud. Luego se pasó al Templo donde se celebró una conmovedora misa de despedida.

Después hubo una segunda misa en la que participaron alumnos de varios centros educativos de la ciudad capital.



Don Bosco fue rodeado de muchos jóvenes, tal como a él le gusta. A media mañana fue trasladada la urna al Colegio María Auxiliadora, donde era esperado Don Bosco con gran ansiedad por la población estudiantil femenina y por las Hijas de María Auxiliadora. Alumnas salesianas de otros colegios del interior del país se dieron cita en este encuentro festivo.

Mucho antes de la llegada de la imagen de Don Bosco El ambiente que se respiraba era de un júbilo irreprimible.

Por supuesto, el tono emotivo se desbordó cuando la bella urna hizo su aparición en el portón del colegio. El gimnasio del colegio fue  incapaz de dar cabida a las numerosas personas deseosas de estar con Don Bosco. Los participantes eran sobre todo miembros de la comunidad estudiantil.

Alegría incontenible  en el Colegio María Auxiliadora. Por la tarde Don Bosco visitó la Parroquia María Auxiliadora, adjunta al Instituto Teológico Salesiano. Los jóvenes salesianos de las diversas fases formativas fueron los anfitriones privilegiados. Una multitud de fieles veló toda la noche junto al querido Santo mediante un rico programa de actividades artísticas y religiosas.

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