santa “Toda la Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Concilio Vaticano II)
La Iglesia es una institución humana y divina. Como institución humana, está formada por seres humanos con toda su carga de grandeza y debilidad. Sus componentes son pecadores llamados a vivir la santidad de Dios.

La Iglesia tiene estructuras propias de toda organización situada en la historia. Estructuras que pueden evolucionar o estancarse en sus diversas fases históricas.
Pero el alma de la Iglesia es otra. La iniciativa de su fundación viene de Cristo, quien permanece en ella a lo largo de los siglos.


El Espíritu Santo es la fuerza interna que la impulsa a ser fiel a su misión de ser luz del mundo y sal de la tierra.
La comunidad de fieles que componen la iglesia está tensionada entre pecado y gracia. La vocación común es la santidad, pero la respuesta individual no es pareja. Mientras algunos miembros caminan ágilmente por las vías de la santidad, otros responden mediocremente y algunos se estancan en el pecado. Todo depende de la respuesta que cada uno da a la invitación de Cristo.

Esto explica ese misterio de pecado y gracia que caracteriza a la iglesia en todos los tiempos.
La iglesia, comunidad de pecadores llamados a crecer en santidad, necesita de una constante purificación.
A veces el pecado se enquista en ciertos tiempos, lugares o personas, permaneciendo encubierto a los ojos de los demás.

Pero el pecado, por más oculto que permanezca, sigue siendo un daño para el pecador y para la comunidad en que él vive.

Por eso, es saludable que, por circunstancias aparentemente fortuitas, el pecado salte a la luz pública y sea expuesto en toda su fealdad.

Lo que pareciera ser un descubrimiento casual, en realidad es obra del amor misericordioso de Dios. Aún cuando estos descubrimientos causen estupefacción y dolor, son saludables. Son parte del proceso de purificación.

Para la Iglesia católica, el escándalo de los abusos sexuales ha servido para acentuar con vigor un proceso de reforma interna que conduzca a un mayor nivel de santidad en sus ministros.

Datos estadísticos de la iglesia católica al 2009
Población mundial:
6.698 millones
Fieles bautizados:
1,181 millones
Diócesis: 2,956
Obispos: 5,065
Sacerdotes: 410,593

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