Ha sido un privilegio para Honduras, Nicaragua y El Salvador haber recibido la visita del Rector Mayor de los Salesianos, el P. Pascual Chávez.  

Privilegio, porque el Rector Mayor preside una congregación religiosa compuesta por 15,762 miembros con obras en 131 países, lo que implica que debe preocuparse por su evolución en todos los continentes. A esto se añade el que el Rector Mayor preside y anima a la Familia Salesiana, que está compuesta por 377,000 miembros agrupados en 28 ramas. Por eso, no es tan fácil contar con una visita del Superior Mayor a este pequeño rincón del planeta. 

La ocasión de que el P. Pascual viniera a visitarnos fue doble. Por un lado, a El Salvador le tocó el privilegio de ser anfitrión de una reunión de provinciales con sus consejeros de América que el Rector Mayor convoca cada seis años. Por otro lado, tanto Honduras como Nicaragua celebraban los cien años de la presencia salesiana en esos países.

Para la Familia Salesiana la presencia del Rector Mayor es la presencia de Don Bosco vivo. De allí el entusiasmo con que fue recibido en cada país visitado. Era el padre que llegaba a visitar a sus hijos para celebrar juntos la común vocación salesiana.

Tales celebraciones se revistieron de un aire de familia: pocas formalidades, mucho afecto, encuentros bulliciosos, cariño en dosis mayores. Y muchas fotos de recuerdo. Los mensajes del Padre común en cada lugar y a cada grupo eran esperados y atesorados por su solidez de pensamiento, calor salesiano e impulso a la misión común: atención pastoral a los jóvenes.

El Boletín Salesiano ha creído oportuno dedicar este número a la visita del Rector Mayor manteniendo íntegras las crónicas de cada día. Así los lectores que se identifican con Don Bosco y su misión podrán conservar el recuerdo de su visita como un pequeño tesoro en el álbum familiar.

Heriberto Herrera