Situaciones graves Personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida.
Hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, les pido cambiar de vida. Les pido en el nombre del Hijo de Dios que, si bien combate el pecado, nunca rechaza a ningún pecador.

No caigan en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad. Es solo una ilusión. No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero no nos da la verdadera felicidad. La violencia usada para amasar fortunas que escurren sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal. Para todos, tarde o temprano, llega el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar.

Personas promotoras o cómplices de corrupción

Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social.

La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos.

La corrupción es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga.

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