Los salesianos nos dedicamos a la educación de los jóvenes Los salesianos somos una congregación religiosa dedicada primordialmente a la educación de los jóvenes, con preferencia por quienes están en desventaja moral o social. Con una historia más o menos reciente que arranca de nuestro padre y fundador san Juan Bosco, somos (número) esparcidos en casi todos los países del mundo.

En Centro América estamos ofreciendo servicio educativo en los seis países, con una fuerte presencia en El Salvador. Nuestra oferta educativa es variada: escuelas, colegios, universidades, oratorios, parroquias, centros de formación profesional, formación para el trabajo, asociacionismo juvenil, misiones entre indígenas. Todas estas obras tienen un fuerte relieve educativo juvenil.

Atendemos a miles de niños y jóvenes, pero en el conjunto de la realidad demográfica centroamericana apenas representamos una gota en el océano. La nuestra es apenas una pequeña contribución a la realidad juvenil del istmo, pero que asumimos con energía y entusiasmo porque creemos en el carisma educativo heredado de Don Bosco.

Estamos situados en un panorama de seis pequeños países en vías de desarrollo que marchan a diversas velocidades. Aún así, se pueden caracterizar por trazos más o menos comunes: economías débiles, diferencias sociales estridentes, políticas mezquinas, violencia criminal, narcotráfico, emigración forzada dada la inseguridad social.

Con pena constatamos que nuestros jóvenes son los más vulnerables en este panorama sombrío. Para ellos el presente es inseguro y el futuro, incierto. Los grupos económicos más débiles luchan por sobrevivir debido a la grave escasez de oportunidades de ascenso social. Los indígenas, los más pobres de los pobres, además de estar afectados en mayor grado por los factores enunciados, se sienten condicionados negativamente por un racismo abierto o larvado.

En países donde la oferta educativa oficial cojea por carencias de todo tipo, nuestros centros educativos pretenden ser ambientes que favorezcan el desarrollo armonioso de la persona mediante el cultivo de su dimensión humana y cristiana.

Herederos de un genial sistema educativo, el Sistema Preventivo de Don Bosco, nos multiplicamos para que el mayor número posible de jóvenes vivan esta experiencia educativa en clima de familia y alegría, teniendo como meta la santidad juvenil.

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