29044198100 040bcca81a o1024px Emociona cuando uno piensa en la Familia Salesiana en el mundo por esta realidad que evidentemente fue un sueño y una primera realización de Don Bosco y que, después, como un árbol muy sano ha ido desarrollándose.

Hoy tenemos en la Familia Salesiana 31 grupos. Es una realidad impresionante. Sin querer ser orgullosos, pero sí tomar conciencia de este hecho, somos la familia religiosa más diversa y más numerosa de la iglesia católica, y con una realidad, jurídicamente hablando, de unas 300 mil personas.

Además, cientos de miles de simpatizantes, de personas que están en sintonía, de educadores que viven realmente el carisma, pero que jurídicamente no están perteneciendo en el documento oficial.

¿Se imaginan lo que significa ser una familia religiosa de esta envergadura? ¿Se imaginan la capacidad que tenemos en todo el mundo de incidir, ayudar, transformar, educar, evangelizar, ser asistentes ante algunas necesidades. Es increíble, pero ¿se imaginan la responsabilidad que tenemos si no lo hacemos?

29175662541 ecc9724fa0 o1024px Es una realidad bonita, hacemos muchas cosas muy bonitas. Somos una hermosa familia religiosa donde cada una de las ramas de este gran árbol tiene su subrayado carismático. Las Voluntarias de Don Bosco tienen su propia laicidad consagrada en el mundo. Las Damas Salesianas tiene como propio del carisma de servicio que pretende ser ayuda, servicio social, pero al mismo tiempo con una mirada de fe y siempre al servicio del más pobre. La vocación de los Salesianos Cooperadores es bellísima, muy atractiva y se desarrolla fundamentalmente en la familia, en el propio mundo del trabajo y luego donde haya jóvenes que los necesitan.

Tenemos millones de exalumnos. Si ayudamos a nuestros exalumnos a que salgan a la vida convencidos de que la educación recibida y aceptada como un valor es su gran instrumento para ser fermento en este mundo, sal y luz de la tierra. Es un potencial increíble para la evangelización y el bien de los pueblos. Porque los exalumnos no son solamente esa asociación para reunirse en torno a una fiesta y tener un almuerzo; esto sería negativo. La parte positiva es todo lo que ustedes viven y hacen.

Ante esta realidad muy hermosa el Papa Francisco nos ha pedido a toda la iglesia y nos pide a nosotros como Familia Salesiana: Sean una iglesia en salida. Seamos Familia Salesiana en salida. No podemos quedarnos en el salón de casa estando a gusto entre nosotros, sino que somos familia y estamos entre nosotros para llegar al encuentro de quienes más pueden necesitarnos. En este sentido, una primera condición que debemos tener es distinguirnos por ser Familia Salesiana de puertas abiertas. En nuestros centros nos distinguimos por la acogida y la apertura al que viene.


28859474263 5aa3e7c283 o1024px El Papa Francisco, por circunstancias familiares de la salud de su mamá, estuvo interno en una casa salesiana durante dos años. Recordando ese tiempo nos dijo: Ustedes me han educado con el afecto. En el fondo nos está diciendo que hay algo de nuestro ser salesiano que es irrenunciable y no podemos perderlo: el corazón y el afecto maduro es un medio para nosotros de un valor incalculable, en cualquier servicio que prestamos, en cualquier realidad del grupo de Familia Salesiana, en cualquier situación educativa, en la familia, con los hijos.

Y luego nos dijo otra cosa muy exigente: Hay muchas situaciones de emergencia en este mundo. Ustedes tienen el deber de hacer lo que hizo Don Bosco. Ante situaciones de emergencia, respuestas de emergencia. Nos habló de la formación ocupacional y de la formación técnica para que los muchachos y muchachas puedan dignamente valerse por sí mismos.

Humildemente somos de máxima actualidad, no para que seamos presuntuosos sino porque se nos necesita. Tenemos que distinguirnos por ser una Familia Salesiana que vive al interior con profundidad y al exterior con una gran capacidad de servicio. No somos Familia Salesiana para autocomplacernos, sino para vivir arraigados fuertemente en nuestra identidad cristiana, salesiana, carismática y para salir al servicio de los demás.

28862874563 0e90c474d4 o1024px No les digo: Tenemos que hacer muchas cosas al precio que sea, pero hagan cosas sociales. Supongo que ya lo están haciendo. En cambio, les estoy diciendo: Lo más valioso es el testimonio de comunión que podemos dar. Tenemos que pensar más en cómo significar más que somos familia y que somos comunión y que estamos unidos, más que hacer lo que nosotros queremos hacer.

En alguna parte del mundo me he encontrado con algunas celebraciones como por ejemplo, la fiesta de Don Bosco, y algunos grupos de la Familia Salesiana quieren celebrar la fiesta de Don Bosco individualmente. Imagínense a cualquiera de ustedes que me dijera: Nosotros celebramos la fiesta de Don Bosco; padrecito, celébrenos una misa. Mi respuesta: ¡NO, ni en sueños! Lo mas valioso que tenemos es poder expresar nuestra comunión.
Cuidemos mucho la comunión con signos. Cuando hablamos de comunión no es para “hacer juntos”. Si un día hay algo que hacer juntos, excelente. Si hay un momento que nos pueda convocar a todos, excelente. Pero tiene un valor mucho mayor para quienes nos puedan contemplar en la iglesia como la familia de Don Bosco. La Familia Salesiana unida es un testimonio de un increíble valor.


29337066246 9ffa54b833 o1024px Cada uno de los grupos tiene este doble desafío: Crecer en identidad y crecer en la propuesta para que otros puedan sumarse. No hablo de ninguna campaña vocacional desesperada. Hablo de algo muy hermoso: Vengan y vean. Yo estoy en esto. ¿Te apetece venir? ¡Ven!

Cada uno de los 31 grupos de la Familia Salesiana tiene la autonomía que le es propia por su propia identidad. Por ejemplo, los exalumnos, no dependen del salesiano de turno que les acompaña como delegado de la comunidad para los exalumnos. Los exalumnos tienen la autonomía propia de los exalumnos. Y las exalumnas no dependen de la iluminación de la delegada que las Hijas de María Auxiliadora.

No le corresponde a la persona delegada que acompaña a los diferentes grupos de la Familia Salesiana decir qué hacer y cómo tienen que ser. Eso le corresponde a sus constituciones, sus reglamentos o su proyecto de vida apostólica. ¿Quien lleva el liderazgo de cada uno de los grupos? El propio grupo.

 

Compartir