bebidas El consumo excesivo de bebidas azucaradas ha ocasionado en las personas altos índices de obesidad en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud ha propuesto subir el impuesto en la venta de estas en un 20% como medida para reducir la ingesta. Las Naciones Unidas apoyan esta iniciativa para evitar una epidemia mundial de obesidad.


Un estudio realizado por la OMS revela que uno de cada tres adultos padece de obesidad. Asimismo, cada vez son más los niños y jóvenes que se vuelven obesos, la mayoría de ellos por el consumo excesivo de bebidas altas en azúcar.

Las bebidas azucaradas dañan el organismo de forma progresiva ya que, si una persona tiene una ingesta regular de estas bebidas, irá aumentando de peso, lo cual llevará a sufrir algún tipo de obesidad, además de padecer diabetes, problemas cardíacos, infarto, cáncer, niveles elevados de triglicéridos e incluso caries dental.

Hay niños que consumen grandes cantidades de bebidas altas en azúcar porque sus padres las incluyen en el biberón. Luego llevarán a la escuela jugos de cajas, leches con sabores, sodas y tés en las loncheras, generando una subida de peso, que los convierte en adultos con sobrepeso. “La obesidad muchas veces se debe a que las personas ingieren cantidades exageradas de calorías que provienen de las bebidas azucaradas”, sostiene la especialista.

Mucha azúcar
A pesar del exceso de azúcar en las bebidas comerciales, su venta es accesible a todo el mundo. “Una bebida embotellada de jugo de 500 ml contiene 50 gramos de azúcar, lo que significa que una bebida de estas contiene 10 cucharaditas de azúcar; una lata de 355 ml de bebida gaseosa contiene 10 cucharaditas de azúcar. Lo que indica que, con una sola bebida hemos cubierto la necesidad de azúcar para todo el día”, afirma la Lic. Brenda Arévalo. Estas cantidades son pavorosas, sobre todo porque son invisibles.

Se puede ingerir en el desayuno un jugo embotellado, a media mañana una botella de te, en el almuerzo una gaseosa, a media tarde un café con azúcar y en la cena otro jugo, sin necesidad de bombardear el organismo con azúcar.

Si las bebidas azucaradas van acompañadas de alimentos procesados, la condición se agrava. “Todos los alimentos preelaborados contienen sustancias químicas (preservantes, colorantes, edulcorantes) que pueden afectar nuestra salud si se consumen en exceso”. “Los jugos de caja se suelen vender como productos más naturales e incluso con vitaminas; sin embargo contienen cantidades exageradas de azúcar y en su mayoría no son de fruta natural”, enfatiza.

Romper los hábitos
Para contrarrestar el consumo excesivo de las bebidas azucaradas hay que romper las rutinas y planificar mejor la dieta diaria. La lonchera del niño debe incluir refrescos de fruta natural hechos en casa. Las instituciones educativas deben regular la venta de bebidas azucaradas y brindar opciones más sanas.

Consejos:
El agua es la bebida perfecta, ya que no contiene calorías y es parte fundamental del cuerpo. Es necesario incrementar su consumo.
Evitar comprar bebidas azucaradas y carbonatadas.
Los padres dan el ejemplo: beber leche, refrescos de fruta natural y jugos naturales sin agregar cantidades excesivas de azúcar.
Leer las etiquetas nutricionales para verificar la cantidad de azúcar.

Fuente: Lic. Brenda Arévalo, nutrición y dietética, educadora en diabetes. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.">Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

bebidas azucaradas

 

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Las falsas dietas

Las falsas dietas prometen que se obtendrá el peso deseado en poco tiempo, sin realizar esfuerzos ni sacrificios.

Algunas personas se someten a rigurosas dietas aunque no les da el resultado deseado. De allí deriva un desequilibrio tanto físico como emocional. Y se corre el riesgo de caer en trastornos de alimentación muy peligrosos.

“Las adolescentes pueden caer en la bulimia o anorexia porque no se aceptan como son”, afirma la lic. Claudia Raful, nutricionista del Centro Integral de Entrenamiento y Nutrición. Por ello, sostiene que es primordial entender que bajar de peso está relacionado, no sólo con lo que se lleva a la boca, sino con el ambiente en el que está inmersa la persona. Este afecta costumbre, hábitos, emociones y la relación con Dios.

Para bajar de peso se debe trabajar duro, racionando los alimentos y poniendo en práctica una rutina de ejercicios. Esto se logra aumentando el consumo de verduras y ensaladas, disminuyendo las bebidas con azúcar y aumentando la ingesta de agua. “El consumo de agua es vital para perder peso y también para beneficiar el organismo”, recalca la especialista.

Lo que se busca en una verdadera dieta es llegar a un equilibro entre lo que se come y lo que se ejercita. Las claves para hacerla funcionar son tomar agua, dormir bien y estar sano emocional y espiritualmente.

Fuente: Lic. Claudia Raful, nutricionista del Centro Integral de Entrenamiento y Nutrición, CIEN. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

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