©Dennis Hurd El sobrepeso y la obesidad tienen un rango en los estatus de salud: es una enfermedad. Comer mal trae dos grandes problemas. Por una parte, la obesidad; y por otra, la mala nutrición. Esto provoca enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, insuficiencia renal crónica e insuficiencia de vitaminas.

En el 2005 el sobrepeso y la obesidad fueron catalogados como una enfermedad del siglo veinte. El primer paso para tratarla siempre es la buena dieta.

La obesidad es un estado nutricional que se puede determinar por medio del índice de masa corporal que indica en qué estado nutricional está una persona. Lo ideal es entre 18.5 a 24.9, arriba de 25 indica sobrepeso y arriba de 30 es un grado de obesidad.

La agitada vida actual exige cumplir con un horario que a veces no es acorde a los tiempos de comida necesarios para mantener un estado nutricional equilibrado. Por otro lado, el tema de la violencia en algunos países de la región hace cada vez más difícil salir a caminar o costearse un programa de ejercicios, así como una dieta guiada por un nutricionista.

Una dieta ideal debe incluir cinco tiempos de comida. Tres tiempos fuertes y dos meriendas, una a media mañana y una a media tarde. A veces, por la carga de trabajo las personas comen algo fácil de cocinar o comida rápida. Allí comienzan las enfermedades. Por ejemplo, la diabetes es el resultado de comer muchos carbohidratos simples (azúcar de mesa, productos realizados con harina blanca, miel, mermelada, dulces, pasteles, galletas, chocolate, refrescos, cereales envasados, etc.).

La mayoría de comidas con alto contenido de grasas tiene alto contenido de sodio y eso obstruye las arterias. Esa es la razón de las enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, hipertensión y cardiopatías. Las personas con sobrepeso tienen el corazón recubierto de grasa. Esto hace que no pueda bombear bien la sangre a todo el cuerpo y que se desarrolle alguna enfermedad.

La persona con obesidad tiende a tener falta de aire por el pobre procesamiento de la sangre porque no tiene espacio en las arterias para circular. Las arterias son como una pajilla que se va engrosando por dentro y la circulación se vuelve escasa. En actividades sencillas como subir gradas estas personas se fatigan porque no tienen resistencia

Hay enfermedades que se pueden remediar y otras que solo pueden controlarse una vez adquiridas. Por ejemplo, la diabetes no es reversible, a diferencia de una hipertensión.

La diabetes tipo uno es por herencia, pero la tipo dos es por el consumo de carbohidratos simples, es decir, la persona se la provoca.

Otro problema son los triglicéridos y el colesterol. Estos suben al consumir grasa. Un triglicérido se forma de la combinación de harina y grasa. El colesterol es el que provoca los infartos y éstos vienen del producto animal. En su inicio se necesita una buena dieta. Si el caso es grave, entonces necesitará medicamentos.

Una constante en la persona con sobrepeso es el consumo de bebidas azucaradas y poco agua. En este sentido, los riñones sufren. Estos son un colador. Si no les damos nada para limpiarlos, se van formando los famosos cálculos renales.

Una persona con sobrepeso siempre tendrá problemas de salud. Además, su proceso emocional también es difícil, la ropa no les queda, casi siempre es objeto de chistes y burlas. El bombardeo de los medios por la figura delgada destruye su autoestima. Por estas y más enfermedades es imperativo tener una dieta sana y balanceada.

Qué podemos hacer

  • Base su dieta en una evaluación nutricional.
  • Infórmese. Lea sobre nutrición.
  • Desde pequeños se debe educar en la cultura alimentaria.
  • Alimentación equilibrada. Hay que comer de todo. No es bueno restringirse a algún alimento.
  • No son buenas las dietas que no tienen carbohidratos. Sin ellos, estaremos débiles, cansados, nos costará dormir. Cada persona debe tener una dieta acorde a su talla, peso y edad.
  • No hacer dietas de moda. No funcionan.
  • Personas con sobrepeso deben acudir a un especialista en nutrición. No hagan dieta solos y no se flagelen.
  • No desesperarse. Lo que ha subido en años no lo bajará en meses. Una meta real es bajar de 10 a 12 libras por mes.
  • Coma de todos los grupos alimenticios.
  • Tome dos litros de agua al día.
  • Coma cinco veces al día: tres tiempos fuertes y dos meriendas pequeñas.
  • Incluya en su dieta cereales de grano entero, avena, trigo, gramola, yogurt.
  • Haga ejercicio como mínimo 30 minutos al día.
  • Haga chequeos médicos una vez al año.

Fuente: Lic. Sofía Escobar. Nutricionista. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

 

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El Peso de la Nación
(The Weight of The Nation)

 

Tecnología: riesgos para la salud


Cada vez menos actividad física Estamos viviendo una era tecnológica donde es común pasar horas frente a la computadora, el teléfono o televisor.
Este hábito está ocasionando el sedentarismo que se asocia al sobrepeso y a la obesidad.

El abuso de la tecnología fomenta la pasividad, la cual ocasiona situaciones que pueden acarrear enfermedades físicas o mentales.

Un niño que pasa sentado frente a una pantalla puede sufrir obesidad y volverse perezoso, ya que su movimiento es escaso.

La ausencia de actividad física lo vuelve lento y le genera más cansancio, a diferencia de un niño que corre.

Un cuerpo sedentario está propenso a sufrir muchas enfermedades. Si uno acostumbra a sus hijos a vivir sin actividad física, como practicar algún deporte, realizar algún ejercicio o simplemente caminar, los está condicionando a ser enfermos e infelices.

La falta de actividad física provoca un deterioro físico-emocional debido a que el cuerpo necesita estar en constante movimiento para mantenerse saludable. Correr y saltar es vital para la vida.

El ejercicio desde la niñez ayuda a formar personas felices y saludables con un crecimiento armónico. Normalmente una persona que se involucra en el deporte cuida su salud, busca estar mejor para poder rendir de manera competitiva o simplemente mejorar sus marcas. Una persona que disfruta de la actividad física tenderá a ser feliz, ya que el ejercicio contribuye a la autoestima y a un buen funcionamiento del organismo.

Fuente: M.A.E. Ileana Masís Solís. Licenciada en Educación Física Deporte y Recreación. Master en Administración Educativa

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