suicidio Daniel se suicidó tras recibir un acoso severo en la escuela. Sus compañeros lo molestaban por ser diferente y demasiado sensible.

Su madre Amy compartió su historia en redes sociales para alertar sobre las consecuencias fatales que esto puede tener en los adolescentes.

“Comenzaron con palabras, lo llamaban de formas horribles, luego comenzaron a arrojarle basura, lo golpearon en el estómago y lo obligaron a lamer la ventana del autobús. Saltaban sobre él camino a casa y se burlaban de la música que le gustaba. Cualquier cosa que hiciera, buscaban hasta lo más mínimo para hacerle la vida miserable.

El día que lo golpearon en el autobús, Daniel envió un mensaje a quien lo atacó diciendo: ¿Por qué lo haces? Yo sé que no te agrado, por eso no me acerco a tí y tampoco interactúo contigo, respeto tu espacio. ¿Por qué no puedes respetarme? ¿Qué fue lo que te hice?

El joven acosador respondió: Porque eres un marica y te lo mereces. ¿Por qué no tomas tus apreciadas armas? Hazle un favor al mundo y mátate.

Mi hijo respondió: Ya no vas a tener que preocuparte por mi, iré a casa a matarme. El joven respondió: Ver para creer.

Daniel no aguantó más abusos y le advirtió a todos en la escuela que se quitaría la vida.

Nadie hizo nada al respecto, incluso cuando los abusadores lo incitaban a suicidarse. El día que Daniel murió, le dijo a sus compañeros en el almuerzo, en el salón y en el autobús: “Iré a casa a suicidarme”. Cuando el chofer del autobús le dijo: “Te veo mañana, Dan”, él respondió: “Ya no me verá mañana”.

Yo estaba fuera de casa con mi esposo cuando uno de sus amigos, Wally, me llamó para decirme que Dan había hablado de suicidio. Llamé rápidamente a mi vecina y le pedí que fuera a ver a Daniel. En el momento en que ella entró a casa escuchó el disparo. Daniel se quitó la vida en su habitación.

Recuerdo que yo gritaba, pero no sentía nada. Creo que corrí afuera y mi otro hijo, Michael, gritaba: Devuélvanme a mi hermano. Llegó la ambulancia y lo metieron en una bolsa. Yo aún rogaba porque lo salvaran. Daría lo que fuera si lo salvaban. Pero no podían hacer nada.

Cuando alguien te dice que va a suicidarse o que pretende lastimarse, debes hacer algo. Cuando sabes que están acosando a alguien, no te quedes parado. Si no haces nada, eres tan culpable como los acosadores. Todos necesitan sentirse valiosos.

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