Mensajes para los jóvenes En la tradición salesiana contemplamos a Don Bosco como un hombre que supo utilizar los medios de comunicación, las tecnologías, que tenía a su alcance para cumplir su misión en medio de los jóvenes.

Un escritor y un empresario de la comunicación cuyo estilo, contenidos y formatos están marcados siempre por los destinatarios de su misión, los jóvenes y las clases populares. Son los jóvenes, y las necesidades formativas que en ellos descubre, quienes le hacen lanzarse a un gran empeño editorial que marcará toda su vida.

Él siente la urgencia de poner en marcha empresas editoriales porque tiene que alimentar a los jóvenes con determinados contenidos. Son ellos los protagonistas de sus escritos; son la vida de los jóvenes y el apremio por educarlos y evangelizarlos, los elementos que recorren las miles de páginas que escribió el santo; es la conciencia de saberse enviado para ellos la que marcará un estilo que le ayude a hacerse “entender por todos, tanto en la exposición, como en el uso de las palabras más simples y conocidas”. De ahí la práctica de Don Bosco de leer sus escritos a jóvenes o a su propia madre para asegurarse de que entendían lo que él había escrito.

Esta es la norma, y la forma de actuar, para los salesianos y educadores que están presentes en las redes sociales. Cuando nos referimos a estos espacios como los “nuevos patios”, estamos diciendo que son lugares por donde pasan los jóvenes, donde están nuestros destinatarios. Y ahí, el salesiano, el educador, quiere hacerse presente y compartir la vida con ellos. En tiempos de Don Bosco (1815-1888) no existía Facebook o Twitter, pero él se servía de los libros y, especialmente de la correspondencia epistolar, para estar al lado de los jóvenes. Viendo sus cartas, - hay unas tres mil publicadas en el epistolario aún incompleto -, nos encontramos el estilo más personal, más directo de Don Bosco que se vuelca en la correspondencia con numerosos jóvenes del Oratorio y otros que le escriben aunque no le conocen personalmente. Es en estas cartas donde podemos rastrear los principios que mueven a Don Bosco en su misión, el estilo de relación que quiere establecer con los jóvenes y las bases de su sistema educativo.

Precisamente hoy, en la época de los post, de los mensajes breves de Twitter, del intercambio masivo de mensajes personales a través de las redes sociales, Don Bosco puede servir de ejemplo de qué buscar y cómo utilizar las redes sociales con una finalidad educativa y evangelizadora. Muchas de las cartas que escribe a los jóvenes son escritos breves, unas cuantas líneas, pero escritas desde el corazón de quien busca el bien y desea lo mejor para el joven destinatario.

Casi, diríamos hoy, son un tweet, un mensaje tal vez de WhatsApp o un breve texto en el perfil de Facebook de uno de sus jóvenes, que permite esa cercanía y complicidad con el joven, esa palabra dicha para cada uno en concreto y que le sirve para extender su pasión educadora más allá del tiempo en el que los jóvenes están físicamente con él. Y ese tiempo, esa relación que genera una carta, son importantes para Don Bosco pues le permiten seguir la relación con el joven. Y, como si tuviera un perfil de Facebook o respondiera en un blog, no desdeña el responder a aquellos jóvenes que le escriben porque han oído hablar de él.

Una relación virtual, si queremos, importante y significativa para remitente y destinatario, que intercambian los papeles en una comunicación que es también interactiva en el sentido de que genera una conversación, respuestas de Don Bosco a cartas de los jóvenes y viceversa. Un tipo de comunicación, la epistolar, muy estimada por Juan Bosco, pues le sirve para conocer el interior de los jóvenes, como escribe al joven Giovanni Turchi el 23 de julio de 1856: “Hiciste bien en escribirme; las cosas íntimas del corazón se expresan mejor por escrito”.

El uso de los medios de comunicación fue, para Don Bosco, uno de los campos prioritarios de su misión y de la misión de la Congregación, y explícitamente dice que “la difusión de los buenos libros es uno de los fines principales de nuestra Congregación. Les ruego y les suplico, pues, que no se olviden de esta parte tan importante de nuestra misión”.

Don Bosco se hace escritor respondiendo a una vocación -“una de las empresas principales que el Señor me encomendó”, llegará a decir el propio santo-, y con el afán de estar al lado de sus muchachos a través de los libros y las cartas, tecnologías de comunicación, que él tiene a su alcance.

Fijarnos hoy, en la época de los medios sociales y cuando la tecnología está revolucionando las formas que tenemos de comunicarnos, nos lleva a preguntarnos qué haría Don Bosco con las redes sociales que están creando este magma comunicativo; cómo las utilizaría para estar en contacto con los jóvenes buscando su salvación; qué tipo de contenidos –de mensajes- promovería hoy a través de los diferentes canales y qué estilo de relación mantendría con sus interlocutores. A nuestro parecer, no cabe duda de que se lanzaría sin miedo a estos nuevos areópagos con el fin de entrar en contacto con los jóvenes de hoy para, igual que con sus muchachos de Valdocco, hacer realidad un deseo: “verlos felices en el tiempo y en la eternidad”.

 

* Javier Valiente es un salesiano español con formación profesional en el campo de la comunicación. Se dedica a la formación en comunicación de educadores y directivos de colegios, es director de la oficina de prensa de los Salesianos en España, es community manager y relaciones públicas. Ha escrito artículos y libros sobre su especialidad. Aquí presentamos algunos extractos de sus escritos sobre Don Bosco comunicador. Revista Misión Joven, dic. 2015.

 

Don Bosco comunicador 

El oratorio, lugar de comunicación

El lugar educativo por excelencia en el sistema de Don Bosco es el oratorio, espacio que se convierte en lugar de comunicación, donde se ofrece un gran abanico de propuestas comunicativas que tocaba la vida de tantos jóvenes.

Juan Bosco, educador, intuye la fuerza que tienen determinadas actividades para involucrar a los jóvenes, para crear un ambiente en el que ellos se sientan acogidos, y las potencia y las implementa dentro de su práctica educativa.

Formas de comunicación social, como la música o el teatro, se convierten en formidables medios educativos pues son utilizados, dentro de la pedagogía de Don Bosco, tanto para dar protagonismo a los jóvenes, como para poner esos medios al servicio de su misión educativa. De ahí que lleguen a ser importantes ejes de su sistema educativo.

 

 

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