Escucha autentica Dejar hablar al otro y no ser impacientes por tomar la palabra.

No interrumpir la conversación.

No reaccionar impulsivamente ante cualquier discrepancia.

Mantener la atención de la persona a quien escuchamos

Es muy importante en esta escucha:
Dar oportunidad a la persona para que pueda expresar todo lo que lleva en lo más hondo de sí y que a veces pesa y oprime.

Hacer preguntas pertinentes, evitando otras que puedan crear desconfianza o ruptura.

Aceptar con agrado los silencios, dejando el tiempo que sea preciso sin llenarlo de preguntas ni de consejos, ya que, en realidad, los silencios pueden hacer que uno se sienta serenamente cómodo e incluso que vaya reflexionando sobre aquello que está escuchando.

Permitir que puedan ser ‘reconocidos los sentimientos’, puesto que constituyen una parte muy importante en toda comunicación.

Evitar la locuacidad y las soluciones inmediatas. No olvidemos que, en casi todo lo importante, se necesitan procesos.

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