Valdocco en America Es de sobra conocida la compenetración de Panamá con Don Bosco. El Santo de los jóvenes ha arraigado en el imaginario popular convirtiéndose en una figura familiar en todos los rincones del país. Es memorable la procesión anual de la imagen de Don Bosco acompañada por una multitud de miles y miles.

El padre Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos, aprovechando esta coyuntura del amor panameño hacia Don Bosco, está impulsando un proyecto novedoso que catapulte la figura de Don Bosco hacia todo el continente americano. Proyecto que ha sido bautizado con el sugestivo nombre de Valdocco de América.

Valdocco fue la barriada marginal de Turín donde Don Bosco comenzó a reunir a sus desarrapados jóvenes para rescatarlos de la miseria y elevarlos a altos niveles de promoción humana y cristiana.

El Valdocco de América en Panamá quiere ser un ambiente que facilite a jóvenes y adultos de todos los países del continente una percepción visual y emocional de la genial figura de nuestro santo educador.

El novedoso proyecto comprende fundamentalmente tres grandes elementos: la urna de Don Bosco que contiene una reliquia insigne, la réplica de la casita natal de Don Bosco y el museo salesiano. Todo este conjunto como complemento a la basílica de Don Bosco en la capital panameña, corazón de la espiritualidad salesiana.

El conjunto arquitectónico recrea tres fases: Don Bosco ayer, hoy y mañana. Busca llevar a los jóvenes a descubrir sus raíces salesianas, cómo el proyecto educativo pastoral se ha extendido por el mundo y los provoca a continuar con el sueño de Don Bosco.

El museo cuenta con recursos audiovisuales sugestivos, conduce al peregrino por un camino del tiempo en que va descubriendo las múltiples facetas del sistema educativo salesiano hasta llevarlo al patio exterior, símbolo de la pedagogía de la alegría, típica de Don Bosco.

La casita natal de Don Bosco es el primer elemento que atrae la mirada del visitante. Al fondo del patio se encuentra esa humilde y pobre casa típica del mundo campesino de entonces. Frente a ella, como esperando al recién llegado, una imagen en bulto de Margarita Occhiena, la madre de Don Bosco, que acoge a sus numerosos hijos esparcidos por el mundo.

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