Corrupto2b La corrupción es como esos pantanos ‘chupadizos’ que vos pisás y querés salir, y das un paso y te vas más adentro. La corrupción es una ciénaga. Es la destrucción de la persona humana.


En Latinoamérica hay muchos focos de corrupción. Ahora está de moda hablar de Odebrecht, por ejemplo, pero eso es un botón de muestra.

El origen de la corrupción se encuentra en el pecado original. Todos somos pecadores, y la actitud del pecador debe ser: “‘Bueno, esto está mal. Acá me porté mal con un amigo, o robé, o hice esto, o me drogué’; y entonces me freno y trato de no hacerlo. Está el perdón de Dios sobre todo eso.

Por el contrario, la arrogancia del corrupto le impide ver su pecado y pedir perdón. La corrupción va viciando el alma y el cuerpo, y un corrupto está tan seguro de sí mismo que no puede volver atrás.

El empresario que le paga la mitad a sus obreros es un corrupto. Y un ama de casa que cree que es lo más normal explotar a las empleadas domésticas, sea con el sueldo o sea con el modo de tratar, es una corrupta, porque ya lo toma como normal.

Hay casos de corrupción en la Iglesia. En la historia de la Iglesia siempre los hubo porque hombres y mujeres de Iglesia entraron en el juego de la corrupción.
Papa Francisco

 

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