Fotos DB Hoy las fotografías son comunes, estamos inundados por una avalancha de fotografías. Se ha vuelto fácil fotografiar, incluso para el aficionado. Hay tantas herramientas para capturar imágenes y reproducirlas al instante.



La situación era muy diferente en el siglo XIX, en los albores de la fotografía, época en la que vivió Don Bosco. Tomar una fotografía requería largas velocidades de obturación, un sistema de impresión complejo, con resultados a veces modestos y altos costos. A menudo se tomaba la fotografía porque el retrato era menos exigente y costoso que la pintura al óleo. Por lo tanto, era realizada por fotógrafos-pintores para evitar los días de pose de la persona a retratar. La fotografía no era apreciada en sí misma, por ser demasiado realista, por lo que era retocada para mejorar la imagen de la persona: ennoblecer rasgos, ocultar defectos. Por estas razones, se nos da una imagen bastante realista de la persona, pero no perfectamente real.

Esta observación también se aplica a las fotografías de Don Bosco: sus rasgos que denuncian sus orígenes campesinos se refinan y se hacen más nobles por el papel social que tiene como sacerdote y persona de estudio. Si eran tantas las dificultades y los costos de la fotografía, ¿por qué Don Bosco se hizo fotografiar tantas veces? Por su biografía, sabemos que no fue vanidoso, que siempre estuvo en dificultades financieras para apoyar sus obras.

Se han recibido 42 fotografías suyas; solo Garibaldi y Vittorio Emanuele II tienen más. Van desde 1861 hasta 1888, desde sus 46 años hasta la muerte a los 72 años. Sus primeras fotografías datan de 1861, cuando ya está enfermo; sus colaboradores más cercanos, por temor a que muera, desean tener su propia imagen como recuerdo del “padre”. Más tarde, incluso las personas que apoyan sus obras desean tener su imagen, y Don Bosco lo permite como gesto de gratitud.

En los años 80, debido sus obras, su persona se vuelve noticia, incluso como un santo, muchos quieren su imagen como protector, y como agradecimiento hacen ofertas. Finalmente, Don Bosco quiere que sus buenas obras sean conocidas y apoyadas, y él mismo se hizo fotografiar con las expediciones misioneras. Las fotografías de Don Bosco fueron recopiladas y presentadas en un volumen que las analiza en profundidad, tanto para comprender y ver su evolución como para descubrir la verdadera imagen del Santo. Aquí presentamos las más significativas de su vida, las más realistas, desde sus 46 a 72 años. Nos devuelven la imagen de su aventura humana.

Estas son fotografías que capturan a Don Bosco a lo largo de los años y documentan su parábola fisiológica desde la madurez hasta la vejez, pero sobre todo son indicadores que nos permiten penetrar e interpretar mejor la figura de Don Bosco, que en parte nos revelan su personalidad.

Sampierdarena Don Bosco a los 71 años. Sampierdarena, 16 de marzo de 1886
Don Bosco viaja a España. Se detuvo unos días en Sampierdarena para visitar la comunidad. Aquí también tenía muchos amigos y benefactores. Uno de estos, el marqués Spínola, quiere una fotografía del Santo y por eso lo va a ver con el fotógrafo cuando Don Bosco está por partir.

Es un dato curioso que por tomar la foto, Don Bosco se arriesga a perder el tren, pero el jefe de la estación, retrasa la salida para esperarlo. Evidentemente la fama del Santo ya estaba muy bien establecida.

Por muchos años, esta fue la imagen más difundida por hermosa, muy fiel a la fisonomía del santo, preferida por quienes vivieron con Don Bosco, tanto que Rollini, después de la muerte de Don Bosco, la convertirá en la imagen oficial.

La intensidad de la sonrisa y la mirada son sorprendentes en esta fotografía. Nos da una imagen muy espontánea y natural de Don Bosco, con una expresión entre divertida, satisfecha y juguetona: probablemente la situación de prisa que se creó (esperando el tren, tanta gente presente, un poco de confusión...) predominó sobre la pose.

 

 

DBsillon Don Bosco en un sillón, a los 65 años.
Tomada en 1880 por M. Schemboche. El fotógrafo es uno de los más famosos y Don Bosco probablemente quiere una hermosa fotografía para regalarla a los benefactores que apoyan las muchas obras en las que se dedica y para las cuales necesita dinero.

Aunque ya tiene sesenta y cinco años, Don Bosco todavía muestra una apariencia bastante juvenil en esta fotografía. La energía del hombre de acción brilla en su rostro.

Es una foto que fue ampliamente difundida porque fue elegida como imagen oficial del santo con motivo de su beatificación (1929) y la posterior canonización (1932).

Era una imagen adecuada para los gustos de la época, pero no complacía a quienes habían conocido a Don Bosco en persona y preferían más bien la fotografía en la que brillaba la afabilidad y la gran carga humana del Santo. Esta foto agrada todavía hoy, y se ha convertido en el prototipo de Don Bosco.

En 1941, Caffaro Rore creó de esta foto la imagen que vemos con más frecuencia y en la que se inspiran todas las interpretaciones del Santo.

 

 

1885 niza Don Bosco en Niza en el 1885.
Con 70 años Don Bosco está en Niza, al parecer, por el décimo aniversario de la fundación de la obra.

En Niza había un gran grupo de cooperadores, amigos y benefactores que lo apreciaban y que apoyaban sus obras, a quienes, con su amabilidad y astucia, quiere hacerles el regalo de su imagen. La imagen es fiel y no retocada. Muestra a Don Bosco ya viejo y cansado, con el rostro marcado por los resultados de la tuberculosis miliar.

Don Bosco aparece con su aspecto de campesino enérgico y tenaz, con mirada penetrante y sufrida, manos ásperas y enérgicas. El ojo izquierdo todavía está vivaz, mientras que el ojo derecho está visiblemente apagado.

 

 

Barcelona Don Bosco en la Villa Martì-Codolar.
Barcelona 3 de mayo de 1886.

Don Bosco está en Barcelona, huésped del benefactor Louis Pascual, persona muy rica que había ayudado en gran medida a sus obras. Es natural que desee una fotografía, teniendo a su hijo Joaquín como fotógrafo aficionado, quien poseía un equipo muy avanzado que incluso permitía la foto instantánea.

Es la única fotografía de la que se conserva el negativo en placa de vidrio. Es uno de los retratos más bellos y fieles de Don Bosco, con un rostro paternal y amoroso, rodeado de sus hijos, niños y cooperadores. Esta imagen gustó mucho en ese entonces. La fotografía está estructurada para enmarcar y resaltar la figura del santo. Don Bosco tiene un rostro sereno y sonriente. Se notan sus 72 años, pero es una vejez vigorosa de un hombre activo, que participa intensamente de la vida. Los ojos son vivos, penetrantes, la boca dispuesta a la sonrisa.

Su rostro da una sensación de dulzura, amabilidad y bondad. Probablemente expresa un momento de satisfacción al sentirse rodeado de “su” gente, vinculada a él: el sentido de su vida realizada en los demás y para los demás.

 
Textos inspirados en el libro de Giuseppe Soldà, Don Bosco en la fotografía del siglo XIX, SEI.

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