TM CFP CEDES2 En un barrio económicamente deprimido de San José, capital de Costa Rica, funciona desde el año 2005 CEDES Don Bosco, una obra salesiana de grandes proporciones.

El antiguo Técnico Don Bosco situado en el corazón de la ciudad debió emigrar dada la estrechez de espacio. En su nueva sede en Concepción de Alajuelita, ha ampliado en volumen y calidad sus servicios educativos desde preprimaria hasta bachillerato con orientación técnica.

Parte de este enorme conglomerado educacional es el proyecto educativo orientado a jóvenes que, por diversas circunstancias, habían abandonado el proceso educativo ordinario. Es el Centro de Formación Profesional. Desde el año 1995, 1190 jóvenes han encontrado allí una habilitación profesional que les ha permitido insertarse en el exigente mercado laboral.

Los estudiantes que ingresan al Centro de Formación tienen edades entre los 16 a 20 años.
Son jóvenes que por algún motivo han abandono las aulas y no han tenido la oportunidad de continuar sus estudios académicos. Por esta misma razón tampoco se encuentran trabajando.

El 95% viene de familias disfuncionales y muchos de ellos presentan necesidades afectivas por situaciones familiares difíciles.

La razón principal por la que los estudiantes han optado por el CFP ha sido su crecimiento personal. Según lo admiten ellos mismos, allí han encontrado oportunidad, excelencia y ambiente de familia.

El CFP ofrece a estos jóvenes entrenamiento en cuatro especialidades: diseño gráfico, mantenimiento eléctrico, refrigeración y climatización, y estructuras metálicas.

Jarot Salas Portuguez, 19 años, está por concluir su capacitación en refrigeración y aire acondicionado. Había abandonado el estudio por encontrarse su colegio en una zona peligrosa. Jarot optó por trabajar de día y estudiar de noche. Pero una extensa jornada laboral mal remunerada lo impulsó a optar por el CFP salesiano.

Su perspectiva laboral es estimulante debido al reconocimiento logrado por su él y un grupo de compañeros en la Feria de ingeniería, ciencia y arte.

Dice Jarot: El CFP me cambió la vida porque, cuando entré, no sabía a lo que venía. Aquí todo es mejor. No solo se aprende lo técnico. Yo era muy irresponsable con las tareas. Ahora es todo lo contrario. Estoy esperando a que me dejen una tarea para poder aprender algo nuevo. Puedo decir que he cambiado muchas cosas, sobre todo para bien.”

 

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