J Ignacio Heredia Escuchar siempre significa sintonizar. No es un acto pasivo. Por naturaleza todos somos oyentes selectivos: escuchamos lo que nos atrae; podemos escuchar lo que alguien dice sobre nosotros incluso en una habitación llena de gente; podemos distinguir nuestra melodía favorita sobre el caos de una calle concurrida; podemos escuchar nuestros teléfonos celulares en medio de todo el ruido que nos rodea.


Escuchamos porque elegimos hacerlo. Escuchamos porque algo es importante para nosotros, porque vale la pena hacerlo.

Una nueva forma de escuchar
Si aprendo a escuchar con el corazón, descubriré que hay mucho más que puedo escuchar. Tal vez estoy acostumbrado a la charla constante en mi cabeza: mis preocupaciones, mis deseos, mis ambiciones, mis necesidades, mis sentimientos... Pero cuando escucho con el corazón, encuentro un modo para salir de mí mismo.

En esta nueva forma de escuchar con el corazón, aprenderé a escuchar las miles de voces que me rodean y que esperan ser escuchadas, comprendidas y acogidas.

 

 Grandes preguntas

¿Estamos listos para hacer una pausa en silencio para reflexionar y comprender lo que sucede dentro y alrededor de nosotros, y lo que Dios nos está diciendo?

¿Estamos listos para cambiar nuestros puntos de vista e ideas preconcebidas sobre quienes nos rodean? A veces, nuestros mayores prejuicios tienen lugar  en nuestras relaciones más profundas.

¿Estamos dispuestos a escuchar voces diferentes y no solo aquellas que nos hacen sentir cómodos? La verdadera escucha implica abandonar las propias certezas y temores.

¿Estamos dispuestos a escuchar sin juzgar? ¿O como los fariseos tenemos la tendencia a poner en la lista negra a las personas, a cortar los lazos, a excluir a los que nos han lastimado?

Cuando alguien nos escucha genuinamente, nos sentimos animados a hablar. Y cuando podemos escuchar los sentimientos tácitos de las personas detrás de sus palabras, tenemos el poder de sanar. Cuando escuchamos las historias detrás de cada persona con el corazón roto, tenemos el poder de perdonar, liberar y transformar.

 

 

Este artículo está en:

Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Edición 258 Julio Agosto 2022

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