Foto de: UfabizphotoEl Señor «entregó su espíritu” en una cruz cuando tenía poco más de 30 años de edad. Es importante tomar conciencia de que Jesús fue un joven. Dio su vida en una etapa que hoy se define como la de un adulto joven. En la plenitud de su juventud comenzó su misión pública y así brilló una gran luz, sobre todo cuando dio su vida hasta el fin. Este final no era improvisado, sino que toda su juventud fue una preciosa preparación.

Foto de: M.PonceUno de los mejores retratos espirituales de Pablo lo proporciona Jesús mismo, cuando le dice a Ananías: “Este es para mí un instrumento elegido para anunciar mi nombre a todas las naciones” (Hch 9,15) Una traducción dice: “Este mismo me es un vaso escogido”.

Hans Hansen La cruz no se puede llevar en solitaria. Hasta Jesús necesitó de un Cirineo. Nadie puede creerse tan autosuficiente como para llevar solo la cruz. Nuestra cruz sólo la podemos cargar acompañados de Jesús. Es él quien nos va abriendo camino y nos hace de Cirineo cuando ya no aguantamos. Sin Jesús a nuestro lado, seríamos como los filósofos estoicos que se habían convertido en “levantadores” de pesas espirituales, en exhibicionistas del sufrimiento.

Foto por: Nassom AcevedoUna imagen deformada de Dios nos impide sentirnos “hijos de Dios “. Toda relación con Dios tiene su raíz en nuestra autoimagen delante de él.

linus sandvideUnos 600 años antes de Cristo, ejerció su ministerio el profeta Habacuc. Su vida nos cautiva; nos sentimos identificados con sus reclamos y sus desasosiegos.

meditacion 2 xxolgaxxCon frecuencia, por televisión, aparece algún predicador no católico que, cuando alguien le pregunta qué debe hacer para salvarse, le responde: “Usted no tiene que hacer nada; ya Jesús lo hizo todo por usted en la cruz”.

Michael GaidaLa primera estampa de la Iglesia de Jesús que presenta la Biblia, se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí están los apóstoles, los discípulos, la Madre de Jesús. El texto comenta: “Perseveraban unánimes en la oración con María la Madre de Jesús” (Hch 1, 14).