Aunque la bondad de Dios ha sido muy generosa conmigo, nunca he pretendido conocer ni obrar cosas sobrenaturales.Desde 1861 Don Rua y otros decidieron guardar memoria de todo lo que Don Bosco hacía y decía. Estaban convencidos de que Don Bosco era ciertamente un hombre “marcado por lo maravilloso”, pues “los grandes proyectos que manifestaba en torno al futuro les revelaban que había en él algo sobrenatural y nos hacían presagiar días más gloriosos para él y para el oratorio.

Siempre me agradó la pobreza; la suciedad nuncaCierto día, escribe José Brosio, estábamos Don Bosco y yo en el zaguán de un palacio de la calle Afieri; íbamos a visitar a un noble señor. Don Bosco iba vestido de fiesta: llevaba una sotana y una capa viejas y un sombrero desgastado. Miré hacia el suelo y vi que los cordones de sus zapatos, burdos, lustrosos y remendados, eran unas cuerdas pintadas con tinta.

Las Memorias Biográficas resumen las actividades de Don Bosco en la Casa Pinardi entre los años 1847-1848“Todos los trabajos domésticos los realizamos mi madre y yo. Cocinar, poner la mesa, barrer, partir la leña, cortar y coser con los consiguientes remiendos, o hacer calzoncillos, camisas, pantalones, chalecos, toallas, sábanas... eran asuntos de mi incumbencia personal”.

“La caridad y dulzura de San Francisco de Sales me guíen en todo”.El 5 de junio de 1841, recibe el sacerdocio de mano de monseñor Fransoni, en la iglesia arzobispal de la Beata Virgen Inmaculada, junto a otros once nuevos curas: él, “Bosco Johannes Melchior a Castronovo” es el penúltimo de la lista. Se ha preparado al evento con ejercicios espirituales, cuya última predicación tiene como título “El sacerdote no va solo al cielo, no va solo al infierno”: de nuevo el tema de la salvación para sí y para los demás.

Acerquémonos a Don Bosco, escuchémoslo, conozcámoslo, hagámoslo nuestroEnero, el mes de Don Bosco es una estupenda oportunidad para acercarnos más a él y seguir descubriendo los tesoros de su persona, de su experiencia de Dios, de su proyecto liberador para los jóvenes, de su propuesta pedagógica siempre actual.

Conociendo a DB 260Se celebraba en el oratorio de Valdocco una de las fiestas más solemnes. Se habían confesado cerca de seiscientos cincuenta jóvenes y estaban preparados para recibir la Santa Comunión.

foto por: Mario CesarDon Bosco amaba la música. Tocaba el violín, el órgano y el piano, pero solo cuando podía encontrarlos en casa de algún amigo. Para él, la música y el canto eran una gran manera de comunicarse con los jóvenes.