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Jóvenes salesianos participaron de la actividad. Costa Rica, Cartago, septiembre 2010.- El día sábado 11 de septiembre,  en la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, se celebró el “Jubileo de la Juventud”, en conmemoración de los 375 años de la aparición de la “negrita”.

Para muchos de los jóvenes que llegaron a esta fiesta de la juventud, la celebración inició a las 2 a.m puesto que venían de lugares muy alejados de la Provincia de Cartago.

Bajo el lema: “Joven, he ahí a tu Madre” se congregaron miles de jóvenes alrededor de Jesús y de María.

El encuentro oficial dio inicio a las 9 a. m, desde tres puntos diferentes de Cartago. Bienvenida de parte de los jóvenes animadores de la actividad a todos los presentes de otras diócesis. Bendición con el Santísimo Sacramento…. Y luego…. La peregrinación, la romería hacia la Basílica donde esperaba la Madre.

 ¡Cartago inundada de vida, de JUVENTUD! ¡Baile, danza, gritos, cantos, vivas, oración! La gente de los barrios salían a dar ánimo. Algunos barrios adornados con frases a favor de la juventud. Una muestra de fe jovial.

Una vez en la Basílica, se inició la Eucaristía, presidida por Monseñor Rafael Quirós, Obispo de la provincia de Limón y encargado de la pastoral de Juventud. Concelebrada por Monseñor Francisco Ulloa, Obispo de Cartago y  gran cantidad de concelebrantes, entre ellos los salesianos: P. Eduardo Castro, P. Ángel Roncero y  P. Miguel Cano.

La eucaristía se caracterizó por un clima de oración, fe, devoción y alegría juvenil. Fueron espontáneas de parte de los jóvenes las muestras de afecto hacia Jesús, María – la negrita-  y la Iglesia.

Luego de la Eucaristía, la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles se abrió paso entre los jóvenes. Era la reina que se paseaba entre su pueblo joven.

Se vino, después, el derroche de creatividad juvenil: teatro, mimo, danza, alabanzas, santo rosario y finalmente el concierto con el canta autor costarricense Martín Valverde. Éste inició con su canto: Santa María Madre de Dios… y fue imposible no escuchar la algarabía, los aplausos y el grito de los jóvenes.

 

 

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