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Evangelización en el pueblo de Dios. Comayagüela, octubre de 2014.- A propósito del mes de las misiones, la parroquia María Auxiliadora ha preparado la “Campaña de Evangelización 2014”. La finalidad es compartir la misión con los feligreses de anunciar a Cristo sin temor, a quienes tal vez no lo han conocido o se han apartado de la Iglesia. 

Más de quinientas personas se han inscrito para formar parte de esta experiencia. El grupo se preparó durante tres semanas seguidas, recibiendo la formación necesaria y formando comunidades como equipo de trabajo.

Los sectores que se visitarán se ubican en todo el perímetro parroquial. Son colonias donde la violencia, el hacinamiento y las maras han apartado a las familias de la vida eclesial, a fuerza de temor y muerte.

 Antes de la misión, muchas personas ni se asomaban o sabían de estas colonias. Una vez hecha la invitación, han acudido sin temor, confiados en la fuerza de la Palabra y el amor de Dios. Desde niños, hasta adultos mayores, todos se han hecho parte muy entusiasmados.

Primer domingo evangelizador

La actividad comenzó después del mediodía, en distintos puntos. Muy puntuales acudieron cada uno de los inscritos y agregados para iniciar con la visita a los hogares de cinco colonias: Villa Unión, Independencia, Francisco Morazán, Fuerzas Armadas y el Sipile.

Las calles estaban pobladas de jugadores de futbol, niños, adultos y familias. En las casas, donde muchos se sorprendieron por la visita, hubo una cordial respuesta y atención a las palabras de los misioneros. Algunos incluso ofrecieron alguna bebida o pidieron alguna oración especial.

Era interesante escuchar a los evangelizadores comentar el impacto que causaba llegar a lugares Feligreses de Parroquia María Auxiliadora. desconocidos, encontrar la realidad de las distintas familias y el gozo que sentían de cumplir la labor que estaban realizando.

Mientras los itinerantes misioneros caminaban, varios grupos de adultos y jóvenes ofrecieron su tarde en oración frente al Santísimo Sacramento, para acompañar a cada uno de los grupos con la oración y bendecir así también a las familias visitadas.

La actividad terminó alrededor de las cinco de la tarde, cuando la mayoría de los grupos se congregaron en el templo para celebrar la Eucaristía y ofrecer al Señor la jornada. Fue una experiencia que a muchos les permitió sentirse Iglesia y contentos de su fe. 

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