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Fiesta a Don Bosco en Comayagüela Tegucigalpa, febrero 2018.- La celebración de Don Bosco en cualquiera de nuestras presencias es siempre un motivo de alegría profunda y una fuerte experiencia de gratitud a Dios por regalarnos un pastor de almas juveniles. El ver tantas personas implicadas y enamoradas del carisma salesiano debe ser no solo motivo de orgullo, sino también de acción de gracias y de querer permanecer fieles al mismo. El sueño de Don Bosco ha llegado a muchos lugares gracias a la entrega de varias personas movidas por deseo de salvar almas. Ese debe ser el impulso para querer hacer las cosas bien y llevar a muchos jóvenes al encuentro con Cristo.

 

Este año, en la Parroquia María Auxiliadora de Comayagüela, Honduras, confiada a los salesianos, también se vivió con alegría la celebración de nuestro santo fundador. Las festividades iniciaron con el Triduo en el que los diferentes grupos parroquiales se fueron turnando en la preparación de la liturgia, la animación, el rezo del rosario y los signos que sirvieran a todos para dar gracias a Dios. Durante esos días, hubo una gama de creatividad en la preparación de teatros, cantos, poemas y decoración.

El propio día de la fiesta dio inicio a las 5:00 am con las mañanitas a Don Bosco, animadas por unos mariachis, la infaltable pólvora, los “¡viva!” de las personas y una luna llena que abría paso al alba. Luego, se rezaron las Laudes dirigidas por el P. Guido Maroto, párroco, y el Santo Rosario animado por la Asociación de María Auxiliadora. Al salir, el Consejo Parroquial tenía preparado un delicioso chocolate que todos los presentes pudieron degustar y que fue muy oportuno para el frío de la mañana.

Por la tarde, dio inicio la procesión en el sector parroquial que lleva el nombre de “San Juan Bosco”. Animado por los cantos y la pólvora, dio inicio también el rosario. Las calles que conforman el territorio de nuestra Parroquia adquirieron el tono de fiesta con las filas de monaguillos, algunos que iban disfrazados de personajes de la época, las personas que se iban agregando y la algarabía de los pequeños celebrando a Don Bosco.

Al llegar al Templo Parroquial, dio inicio la Eucaristía con toda la solemnidad del caso. Fue presidida por el P. Guido Maroto y concelebrada por el P. Ovidio Tubac y el P. Eduardo Martín, quien llevó a los chicos del Hogar Don Bosco que él atiende. Durante la homilía, se motivó a ver a Don Bosco como un modelo de virtudes a quien vale la pena imitar para llegar a la felicidad que da Dios. De igual forma se aprovechó para presentar al resto de la comunidad salesiana pidiendo a la feligresía las oraciones continuas por las vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal.

Para terminar, no podía faltar la premiación al concurso de disfraces y la tradicional rifa organizada por la Pastoral Juvenil. Las sesiones fotográficas aprovechando la ocasión y lo adornado que estaba el templo, fueron la guinda del pastel de toda la celebración. Como siempre, entonces, Don Bosco nos recuerda que la santidad es alegría vivida y compartida con todos como un deseo genuino de caminar tras las huellas de Jesús. Que él nos ayude a que en nuestras presencias se viva el auténtico espíritu de familia.

 

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