Comayagüela, octubre 2018.- En torno al mes misionero las pequeñas comunidades de la Parroquia María Auxiliadora se reunieron para compartir un momento de familia entre cantos, alegría y testimonios de aquellos hermanos que, fruto de la misión, volvieron a sus comunidades.

La misión dio inicio con la lectio divina en todas las comunidades de la parábola de la moneda perdida, que inspiró toda la reflexión y acción durante el mes. Como cierre se tuvo la eucaristía presidida por el párroco, P. Guido Maroto y concelebrada por el P. René Guzmán y el P. Ovidio Tubac. Luego  de un momento de animación, se dio paso a una obra de teatro realizada por los aspirantes salesianos, en la que se reflejaba la vida de una comunidad y sus dificultades. Seguido, el P. René Guzmán impartió la formación alusiva a la importancia de la comunidad como fruto del Espíritu Santo.

De este modo se vivió la alegría del mes misionero con todas las comunidades en un espíritu de familia y con el compromiso renovado de continuar con la tarea evangelizadora.