Honduras, Tegucigalpa, enero 2019
La celebración de Don Bosco es un motivo de alegría profunda. Al compartir con tantas personas enamoradas del carisma salesiano y decididas a salvar almas, esto nos lleva a querer hacer las cosas bien y llevar a muchos jóvenes y adultos al encuentro con Cristo.
La celebración de nuestro santo fundador, dio inicio con la novena a Don Bosco en el que los diferentes grupos parroquiales se turnaron en la preparación de la liturgia, la animación, el rezo del rosario. Durante esos días, el P. Rene Guzmán SDB, predicó diferentes temas en el cual, el objetivo era que el testimonio evangélico de Don Bosco, padre y maestro de los jóvenes, inspirara a los papás en la tarea de educar a sus hijos en el amor de Dios y en el servicio al prójimo.
El propio día de la fiesta dio inicio a las 4:30 am con las mañanitas a Don Bosco, animadas por unos mariachis, la infaltable pólvora, los “¡Viva Don Bosco!” de las personas. Luego, se rezaron las Laudes dirigido por los Aspirantes y Tirocinantes SDB y el Santo Rosario animado por la Asociación de María Auxiliadora. Al salir, se tenía preparado un delicioso café que todos los presentes pudieron degustar.
Por la tarde, dio inicio la procesión en el sector parroquial que lleva el nombre de “Campo Cielo”. Animado por los cantos y la pólvora, dio inicio también el rosario. Las calles que conforman el territorio de nuestra Parroquia adquirieron el tono de fiesta con las filas de monaguillos, acólitos, chicos del oratorio y todos los laicos, que transmitían la alegría celebrando a Don Bosco.
Al llegar al Templo Parroquial, la sociedad de la alegría represento el sueño de los nueve años de Don Bosco, terminando con el mensaje “no con golpes, sino con mansedumbre”.
Luego dio inicio la Eucaristía con toda la solemnidad del caso. Fue presidida por el P. Ovido Tubac SBD, párroco, y concelebrada por el P. Rene Guzmán SDB y el Diacono Ercik Gonzales SDB, Durante la homilía, se motivó a ver a Don Bosco como un modelo de amor paterno. De igual forma se aprovechó para presentar al resto de la comunidad salesiana pidiendo a la feligresía las oraciones continuas por las vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal.
Don Bosco nos recuerda que la santidad es alegría vivida y compartida con todos y para todos.
