historia-vocacion-kenethTenía nueve años cuando mi tío Mario Rodríguez, sacerdote salesiano y director en aquel entonces del noviciado Domingo Savio de Cartago (Costa Rica) me acercó a la obra salesiana. 

En ese ambiente viví días felices: pertenecía al grupo de acólitos, recibía catequesis para la primera comunión, y varios días entre semana llegaba a jugar y a platicar con el P. René Torres, quien estaba realizando su experiencia pastoral. Lo más bello es que realmente sentía a Jesús como mi amigo, mi hermano mayor (como nos enseñaban las catequistas). Leía la biblia, una Nacar-Colunga que me había regalado el P. René para mi primera comunión. Mi abuela, muy preocupada, me decía que, si seguía con esa lectura, me iba a “volver loco” (creo que de alguna manera ocurrió).