Este año tuve la suerte de celebrar la fiesta de María Auxiliadora en mí país natal Costa Rica, justo en la iglesia salesiana más antigua en mi memoria, pues ahí conocí hace mucho tiempo el ajetreo de las FMA.
Estuve con mis pequeños y mi familia en el santuario a Sor María Romero, en la capilla María Auxiliadora de San José.
Yo me sentí como en casa y recuerdo que mis ojos no alcanzaron a captar en una sola imagen todo lo que quería ver, pues los años nunca pasan en vano y entre renovaciones y nuevos espacios, casi todo era nuevo para mí.
Fui con la intención de recibir misa y de paso darles un “tour” a mis hijos acerca de aquel lugar tan importante en mi vida como salesiana, sin embargo tuvimos que cambiar de planes pues estaba tan lleno de devotos, que solo pudimos estar un momento en la iglesia.
Dimos una vuelta muy rápida en el lugar y apenas pude comentarles sobre cómo era cuando yo tenía su edad y como lo recordaba yo. Esperando en la fila para tener agua bendita Ana Lucía me hizo la pregunta del millón: “Mamá, verdad que la virgen que está ahí (en el altar) es la misma que me abraza todas las noches “.
Sonreí y sin cuestionar su retorica pregunta le conteste: si mi amor, es la misma mamita María que cuida tu sueño todas las noches. Dentro de mí respire aliviada, sabiendo que Lucy ya tiene seguro el auxilio de nuestra madrecita y mi princesa, con una gran alegría, volvió su mirada a la imagen.