En mi opinión, la celebración del día del padre, como la del día de la madre, la del día del niño y todas las demás, me parecen una celebración al consumismo y en mi familia no se festejan de modo especial.
Sin embargo este mes celebramos el día del padre, mis hijos quisieron hacer algo especial con su papá, creo que fue una celebración poco convencional, pero que al final disfrutamos mucho y nos acerco a nuestros hijos y dejando a un lado mis pensamientos, los apoye.
José y Lucy decidieron llevar a su papá al Museo de los Niños, si, podría parecer una celebración para ellos, pero al final en cada recorrido que hicimos, se fueron conectando cada vez más, también al andar traveseando todas las exhibiciones, al escuchar las explicaciones de los encargados y todo lo que se necesita para aprovechar el tiempo en el museo, fue algo no solo de los niños; además, creo que no hay mejor regalo para un padre, que vivir y disfrutar plenamente a sus hijos.
Almorzamos juntos y terminamos el día en misa, con un sacerdote sumamente especial, que nos dio un mensaje claro y que, como familia, habíamos vivido todo el día “Dios nos habla por medio de las cosas simples y pequeñas, Dios no se mueve al mismo tiempo que el mundo actualmente”.