Lucía y José Alejandro. Llegado el mes de diciembre, inicia el bombardeo publicitario de la navidad y es poco edificante lo que las personas realmente creen o esperan de Santa Claus, que en realidad es la degeneración de San Nicolás de Bari.

Mi ilusión de niña, era ver el árbol lleno de regalos que Santa me había traído, pero llegada cierta edad me di cuenta que las cosas no encajaban y en un excelente trabajo de Sherlock Holmes, descubrí que no era Santa quien me traía los juguetes, sino que mis papas compraban los juguetes y me mentían descaradamente diciéndome que Santa me los dejaba bajo el árbol de navidad.

Cuando esto pasó me sentí devastada y traicionada por mis papas y por todo el mundo. Así que decidí que a mis hijos no les haría creer semejante cuento y ya desde hace un par de años hable con José que Santa era un símbolo mas de la navidad, así como el árbol, la corona y los adornos, que la verdadera razón por la cual recibía regalos esta fecha era porque Jesús nacía y le había dado a su papá un año más de trabajo.

Sin embargo he palpado la fuerza de los medios de comunicación en esta época y hace poco me preguntó Lucy: “¿mamá dice Adri (su prima) que Santa no existe, verdad que no es cierto?” Claramente obvie tener esta conversación con mi pequeña princesa y esta vez José me ayudo a aclarar sus dudas diciéndole “mira Lucy Santa no existe, papa Chus le da trabajo a papá durante el año, para que nos pueda comprar los regalos, para celebrar que nació el niño Dios. 

Mejor no se lo pude decir yo y ahora cada vez que vemos un Santa, Lucy me dice: “ese no es Santa, es un viejito disfrazado, verdad mama?” y después de reírme le digo que si, pues es tan simple como eso. Es muy fácil sacar a los niños de tanta ignorancia y de tanta mentira, basta con hablar con la verdad, así como nos enseñó Jesús.  Feliz Navidad!!!

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