ANS Image. España, Madrid, agosto 2011.-   Después de la JMJ viene la reflexión sobre lo vivido durante estos días. La Familia Salesiana, especialmente en Madrid, está muy satisfecha del desarrollo de la JMJ y valora muy positivamente la participación de los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) en este multitudinario encuentro de la Iglesia.

Para Rosendo Soler, Delegado Nacional salesiano para la pastoral juvenil, “después de la experiencia de la JMJ necesitamos darnos un tiempo para asimilar todo lo vivido, ha sido un aluvión inmenso de sensaciones en muchos frentes a la vez; hay tanto vivido que es necesario reposarlo, pero no dejarlo olvidar”.

Es tiempo, explica Soler, de “sacar conclusiones de todo: de los mensajes del papa, de los ecos de los jóvenes por lo vivido, de lo que hemos organizado como MJS, etc.” Y conclusiones para “alimentar fuegos interiores de los jóvenes, de los salesianos, de las comunidades educativas que han participado; para iluminar la pastoral juvenil con novedades y nuevas perspectivas y para aprender de todo lo visto y corregir errores”.

Como MJS participaron unos 8000 jóvenes de todo el mundo, de los que 6500 fueron acogidos en 17 centros de salesianos y salesianas de Madrid. Esto ha supuesto una importante implicación de voluntarios, animadores y educadores, salesianos y salesianas, miembros de otros grupos de la Familia Salesiana para organizar la acogida y atención de esos 6500 jóvenes. Un esfuerzo de trabajo que se ha concretado en cientos de detalles y, además, ha supuesto una inversión económica para que todo se desarrollara de forma adecuada.

Esfuerzo pastoral, de convocatoria, de trabajo y económico, que tuvo como momento especial la fiesta del MJS que se celebró en Salesianos Atocha y en la que participaron más de 8000 jóvenes. Esa tarde se celebró un festival juvenil, de 17’00 a 20’30, y después, hasta las 23’00 horas, una vigilia de oración y adoración en la que participaron el Rector Mayor de los salesianos y la Madre General de las salesianas.

A la vista de lo experimentado en estos días de la JMJ, Rosendo Soler propone que hay que “seguir avanzando en la relación y colaboración con la iglesia local y diocesana, con la Familia Salesiana, con otros grupos en relación a la pastoral juvenil”. Además, ve necesario “articular el MJS con más garra y contenido. Hemos visto que ha funcionado su nueva imagen y la convocatoria del encuentro del 17 de agosto. No hay que dejar perder esa inversión en su visibilidad como movimiento para aglutinar a todos los grupos del MJS en torno a la espiritualidad juvenil salesiana”.

Se abre, según Rosendo Soler, un tiempo ahora que permita “reflexionar para integrar la JMJ dentro del proyecto pastoral salesiano de España”.

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