aprenderamar Nadie nos enseña cómo amar bien o cómo amar… Se debe iniciar pensando en la afectividad que al ser educada correctamente nos ayuda a  amar lo que merece la pena ser amado.

Muchos piensan en amor solo ligado a sexualidad, y aunque está muy conectado, la sexualidad se transforma cuando realmente se habla de amor.

Una persona completa es la que puede profundizar en el misterio del amor verdadero, no de la emoción que viene dada solo por los impulsos físicos.

El ser humano desea fundir su cuerpo con su pareja por amor, que viene dado por la afectividad. Se unen para vivir  emociones que vienen del conocimiento de la personalidad del otro, para crecer y madurar juntos.

El amor no es una consecuencia de la sexualidad, al contrario, la sexualidad se presenta como un instrumento para mantener el amor. El amor es libre pero también comprometido.

El amor es la médula de la afectividad, y -como dice el autor Jean Guitton- siendo la sexualidad un medio para realizar el amor, no podemos dejar de vincular la afectividad y la sexualidad para aprender a amar.

Se puede tener sexualidad sin amor, se puede vivir amando mal, o erróneamente pero las consecuencias que esto conlleva afectivamente son en la mayoría de veces negativas e irreparables.

Deberíamos aprender a  amar en nuestra primera escuela, en casa, de acuerdo al amor de nuestros padres hacia nosotros y de ellos entre sí. No hay mejor aprendizaje que la vivencia.

La falta de un hogar que nos enseñe a amar, que nos haga sentir amados es lo que da como resultado la violencia, injusticia, drogas, problemas sociales que vemos actualmente.

¿Y tú, cómo amas?

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