FelicidadPractica algún ejercicio: caminar, ir al gym, yoga, natación etc. Hacer ejercicio es igual de bueno que tomar un antidepresivo para mejorar el ánimo. 30 minutos de ejercicio es el mejor antídoto contra la tristeza y el estrés.

Desayuna: algunas personas se saltan el desayuno porque no tienen tiempo o porque no quieren engordar. Desayunar te ayuda a tener energía, pensar y desempeñar exitosamente tus actividades.

Agradece a la vida todo lo bueno que tienes: Escribe en un papel 10 cosas que tienes en tu vida que te dan felicidad. Cuando hacemos una lista de gratitud nos obligamos a enfocarnos en cosas buenas.

Sé asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas. Ser asertivo ayuda a mejorar tu autoestima. Ser dejado y aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza y desesperanza.

Ateísmo es, en un sentido amplio, la no creencia en deidades u otros seres sobrenaturales. En un sentido más estricto el ateísmo es la posición que sostiene la inexistencia de deidades. Algunos la definen como una doctrina o posición que rechaza el teísmo, que en su forma más general es la creencia en la existencia de, al menos, una deidad.

En un sentido amplio podría incluirse dentro de la definición de ateísmo, tanto las personas ateas, quienes explicitan la no existencia de dioses, como aquellas que, sin creer en su existencia, no tienen evidencia ni convicción para su refutación.

En un sentido estricto se excluyen a estos últimos, denominados agnósticos de la definición de ateos. Los agnósticos rechazan reconocerse como ateos o ateístas ya que consideran inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia o simplemente irrelevante.1

El término ateísmo incluye a aquellas personas que declaran no creer en ningún dios ni fuerza ni espíritu divino. Según el historiador Francisco Díez de Velasco, ser ateo o negar la existencia de un dios o dioses no implica necesariamente no pertenecer a ninguna religión; existen religiones, como el budismo que niegan la existencia de Dios o no mencionan la existencia de dios alguno y que, por consiguiente, son ateas o más correctamente no teístas.

Los postulados del ateísmo son contrarios a los que sostienen las creencias religiosas e implican una crítica a la religión.

La variedad de corrientes filosóficas ateístas hace difícil una categorización efectiva. A continuación se expone una categorización propuesta por los filósofos Antony Flew3 y Michael Martin.4

Ateísmo fuerte o positivo

Este ateísmo se caracteriza por la negación categórica de la existencia de dioses. En un principio se comenzó a argumentar en contra de la existencia de dioses, encontrando explicaciones sociológicas, psicológicas o históricas para el teísmo, distintas de la existencia de dioses. Con el desarrollo de la ciencia y del conocimiento humano, eran muchos los autores quienes denunciaban la irrelevancia de la creencia en deidades, siendo uno de los más importantes exponentes de esta denuncia el biólogo británico Richard Dawkins. Otros importantes autores con los que cuenta este movimiento son marxistas, Ludwig Feuerbach, Auguste Comte y Friedrich Nietzsche en el siglo XIX,5 y Daniel Dennett en el siglo XX y XXI. A menudo también parte del supuesto de que no se debe conceder visos de posibilidad a una proposición arbitraria como la existencia de un dios.

Ateísmo débil o negativo

Es la forma del ateísmo que se aproxima al agnosticismo. No es la afirmación de la inexistencia de deidades u otros seres sobrenaturales, sino la ausencia de creencia en los mismos. El marxismo -siguiendo a Kant en su Crítica de la Razón Pura- niega que la categoría de existencia se pueda aplicar a seres o entes ajenos a la experiencia.

Adivinación es la predicción de cosas futuras u ocultas sin recurso a Dios. Se pretende desvelar lo que sólo Dios puede conocer.

 

Dios nos ha revelado algunas cosas sobre el futuro: Ej: Habrá un juicio y después el cielo o el infierno, etc. Dios quiere que hagamos provisión para hacer frente a nuestras responsabilidades sobre el futuro. Por ejemplo, los padres deben educar a sus hijos pensando en su futuro. Pero no pueden controlarlo y mucho escapa al conocimiento humano. Es por eso que el hombre, en su soberbia, busca conocimiento ilícito en vez de confiar en Dios como Padre. Sólo Dios lo conoce todo, viendo lo presente igual que lo futuro.

El ser humano no es libre, a menos que se proponga serlo. Está condicionado, por lo familiar, por su entorno, por lo social. El ser humano se "va haciendo", construyéndose. Vivir implica el compromiso de erigirse en la autenticidad de elegir.

Pensar es elegir. Y elegir es pensar. Se piensa, se elige, se piensa nuevamente. Consecuentemente, se aprende a saber qué espacios se relacionan con la libertad de la persona que está en la búsqueda de su camino, y cuáles constituyen terreno de invasión ajena, por ejemplo la elección basada en supuestos tales como la "posible conveniencia" de seguir una carrera ejercida por un familiar, estudiar otra que esté de moda, priorizar el ingreso económico  en lugar de la propia vocación.

La libertad, la vocación, el llamado a uno mismo, requiere una tarea constructiva: saber. Esto implica "revisar". Re-visar. Tomar todo lo visto de uno mismo y re-visarlo, re-verlo.

El tema de la vocación es sumamente arduo. Requiere un alto grado de compromiso personal. Involucrarse con el propio destino. Resulta difícil discernir entre lo que realmente queremos ser y lo que "nos "hacen ser", contemplando posibles influencias del entorno familiar, de amigos y el contexto social.

La vara de nuestro tiempo es el éxito, el aplauso exterior, el reconocimiento del otro. Eso reafirma a algunas personas. Pero se puede ser muy exitoso realizando vocaciones ajenas y depositar el alma en el olvido de algún proyecto utópico.

El ser humano en la actualidad se enfrenta a un mar de riqueza cultural y de opciones, pero sin brújula, a la deriva. La verdadera Orientación Vocacional, la productiva y eficiente, no debería consistir en un compilado de tests.

Debe ser enfocada con una visión integral de la persona, con pleno apoyo en la psicología, una rigurosa información sobre la multiplicidad y variedad de carreras y opciones y las incumbencias profesionales de las mismas, así como su campo laboral. La autenticidad y la seriedad son ejes básicos en el proceso de la elección vocacional.

La persona que se busca en su vocación, en cualquier edad, se des-cubre, se devela, borra velos de frases hechas, creencias sociales, mandatos familiares. En consecuencia se re-vela. Finalmente se descubre "de verdad".

La vocación no deja de ser una aventura. La aventura debería regirse por el orden. La aventura crea; el orden cosecha y atesora. Crecer es dejar de ser para ser "un poco más", en movimiento constante. Se elige, se crece, se "es".

¿Por qué los católicos adoran a María?

Solamente se debe adorar a Dios.

Primero que nada, hay que decir que los católicos no adoramos a la Virgen María. El culto que le profesamos no es adoración, puesto que ésta corresponde únicamente a Dios. Los católicos veneramos a Santa María, porque Ella es la mujer a quien Dios escogió para que fuera la Madre de Cristo. Es decir, María no es una persona cualquiera, es la Madre del mismo Dios. Recordemos el pasaje de la visitación:

"Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno. »" (Lc 1, 41-42)

Isabel llama a María "Bendita tú entre las mujeres", y la llama de este modo por inspiración del Espíritu Santo, del cual se llena luego de escuchar el saludo de María. Y la Virgen misma dice en los siguientes versículos:

"Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada." (Lc 1, 46-48)

María es bienaventurada por el hecho de haber sido escogida por Dios para llevar al Salvador en su seno, y por ello los católicos la hemos llamado así durante "todas las generaciones". El respeto y veneración que le profesamos los católicos a la Santísima Virgen tiene, por lo tanto, bases bíblicas sólidas.

María no es madre de Dios, es solamente madre de Cristo. No puede ser madre de Dios porque Dios es infinito y eterno, y María no.

Isabel, en el pasaje de la visitación, llama a María "La madre de mi Señor" (Lc 1, 43). Ciertamente, el Señor es Jesús, quien es Dios mismo. Si aceptamos que María es verdadera y real madre del Señor Jesús, entonces Ella es, por tanto, verdadera y real Madre de Dios, puesto que el Señor Jesús es Dios mismo. Pretender que María es madre "solamente" del cuerpo físico del Señor es absurdo. El Señor Jesús es una persona completa. Pretender separar su divinidad y su humanidad es absurdo, y es una herejía conocida como nestorianismo, que dice que hay dos personas separadas en Cristo encarnado: una divina (el hijo de Dios) y otra humana (el hijo de María). La herejía fue condenada y la doctrina aclarada en el Concilio de Éfeso en el año 431.

Lógicamente, la divinidad del Señor Jesús no proviene de María, pero no por esto ella deja de ser verdaderamente Su Madre. Lo mismo sucede con nosotros: el alma inmortal que cada uno de nosotros posee proviene directamente de Dios, pero eso no significa que mi madre no sea verdadera madre mía. Hay que recordar que fue voluntad del Señor el haberse encarnado en una mujer, y que esa Mujer fuese su Madre. Dios no necesitaba una Madre, pero quiso actuar así en su plan de Salvación, y por su Voluntad María fue elegida como Madre de Dios "porque ninguna cosa es imposible para Dios" (Lc 1, 37)

A María se le llama "intercesora", lo cual es antibíblico, según 1 Tim 2, 5 que dice "Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús"

La Iglesia Católica nunca ha enseñado que María ocupe el lugar del Señor Jesús, todo lo contrario. La Iglesia ha proclamado siempre que Cristo es el único camino para llegar al Padre, y que sólo por Él es que somos reconciliados. Por ello, y en este sentido, Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres, el único en el cual Dios y el hombre son reconciliados.

Sin embargo, hay otro sentido de la palabra "mediador". Por ejemplo, si le pides a alguien que ore por ti, entonces esa persona está "mediando" o "intercediendo" por ti ante Dios. En este sentido, cualquiera puede interceder ante Dios por otra persona, y esto en nada oscurece o disminuye la mediación y la reconciliación traída por Jesucristo, todo lo contrario. Y es en este sentido que decimos que Santa María es intercesora, y lo es por excelencia, ya que es la que más estuvo unida al Verbo Encarnado, siendo su propia Madre.

¿Hay algún ejemplo en el cual Santa María haya intercedido por alguien más en los Evangelios? La respuesta la encontramos en el pasaje de las bodas de Caná:

"Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.» Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos." (Jn 2, 1-11)

El pasaje no es una simple anécdota del Evangelio, es el primer milagro del Señor Jesús. Juan dice que fue ahí donde Él empezó sus señales y manifestó su gloria. María se dirige al Señor, expresándole su preocupación por los novios con las palabras "No tienen vino", y espera de Él una intervención que la resuelva. La aparente negativa de Jesús no es sino eso, aparente. María, que confía en su Hijo, le deja toda la iniciativa a Él, dirigiéndose a los sirvientes e invitándolos a hacer lo que Él les diga. Y su confianza es recompensada. El Señor obra el milagro, transformando el agua en vino. La intervención de Santa María en el primer milagro de su Hijo no es accidental. El pasaje de las bodas de Caná pone de relieve el papel cooperador de María en la misión del Señor Jesús.

María tuvo otros hijos. En la Biblia se habla claramente de los "hermanos de Jesús" (Mt 12, 46; Mt 13, 55; Mc 3, 31, etc.)

La palabra griega que se utiliza para designar a los hermanos de Jesús es "adelphos", y tiene distintos significados: hermano de sangre, compañeros, compatriotas, etc. Ninguno de los Evangelios menciona otros hijos de María como tales. Por otro lado, la respuesta de Santa María al ángel "«¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»" (Lc 1, 34) cuando él le anuncia que va a concebir un hijo, no pueden entenderse si María no hubiera tenido la intención de permanecer virgen, pues en ese momento ya estaba desposada con José (Lc 1, 27). "Conocer" en este caso significa tener relaciones sexuales íntimas. Si María hubiese pensado en tener relaciones con José, el hecho de que el ángel le anuncie que va a tener un hijo le habría parecido consecuencia natural de su matrimonio, con lo cual no hubiera dado esa respuesta.

El Evangelio también dice que Jesús es el hijo primogénito de María (Lc 2, 7) y algunos pretenden ver en esto una prueba de que María tenía otros hijos. Sin embargo, la palabra "primogénito" solamente hace referencia al primer nacido, y no de si tiene o no tiene hermanos.

María no fue virgen después del parto. En Lc 1, 25 se lee "Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús.", lo que implica que después de que María dio a luz a Jesús tuvo relaciones con José.

El verbo "hasta" en este caso, quiere resaltar el simple hecho de que José no tuvo relaciones con María antes de que ella diese a luz a Jesús. No implica de ningún modo que José tuviera relaciones con María luego del nacimiento de Cristo.

Introducción

Quizá la acusación más repetida y trillada de parte del protestantismo hacia la Iglesia Católica es la de idolatría. “Los católicos adoran imágenes’ repiten hasta el cansancio, y hay que decir que dicho argumento a pesar de ser tan flojo, logra convencer a muchos católicos poco formados que desgraciadamente desconocen su fe, en parte por culpa propia y en parte por la nuestra como miembros de la Iglesia que somos.



Definiendo algunos conceptos

Idolatría, Adoración y veneración

Según el diccionario de la Real Academia Española el significado de idolatría es:

Idolatría: Adoración que se da a los ídolos.

Donde a su vez, la palabra ídolo es definida como:

Ídolo: Imagen de una deidad, adorada como si fuera la divinidad misma.

Esta definición coincide con la composición de la palabra idolatría: Ídolo – Latría. Donde ídolo es aquello que toma el lugar de Dios, y latría significa culto de adoración.

Idolatría consiste en adorar algo o alguien diferente a Dios (ídolo), ya sea una persona o una cosa.

Según el diccionario de la Real Academia Española el significado de adorar es:

Adorar:
1.Reverenciar con sumo honor o respeto considerándolo como cosa divina.

2. Reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso que le es debido.

De las definiciones anteriores podemos resumir que idolatría es adorar (considerar como Dios o como una deidad) a algo o alguien diferente de Dios. Los católicos profesamos que ni a los santos ni a las imágenes se les debe rendir adoración pues esta corresponde a Dios.

Venerar:
Respetar en sumo grado a una persona por su santidad, dignidad o grandes virtudes o a una cosa

Mientras adorar es considerar como Dios a algo o a alguien, venerar es respetar en gran manera a algo o a alguien, no por ser Dios, sino por su relación con Dios. Podemos venerar a alguien por considerar que esta persona por su vida y virtudes es grata a Dios sin adorarla.



¿Pero no está prohibido hacer imágenes?

Está prohibido adorar ídolos que es distinto. Las denominaciones protestantes interpretan fuera del contexto el mandamiento de Éxodo 20,4, como una prohibición a hacer imágenes.

No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos”[1]

En el pasaje anterior todo lo subrayado es una sola prohibición. Dios prohíbe hacer imágenes para darle el lugar que solo a él le corresponde. Este mandamiento lo dio Dios no porque se tratara de algo malo en sí mismo, sino por causa de las circunstancias: los israelitas vivían en medio de pueblos paganos idólatras (creían que las estatuas eran dioses o tenían propiedades divinas, y por eso las adoraban) y tenían mucha tendencia a imitarlos. Para evitar que cayesen en el error de los paganos, Dios prohibió la representación de la divinidad por medio de pinturas o estatuas. En otros pasajes se puede observar dicha intención:



No vayáis en pos de otros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean, porque un Dios celoso es Yahveh tu Dios que está en medio de ti. La ira de Yahveh tu Dios se encendería contra ti y te haría desaparecer de la haz de la tierra”

Pero si llegas a olvidarte de Yahveh tu Dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy contra vosotros que pereceréis”



Estos pasajes dejan claro que la prohibición de hacer imágenes consistía en adorarlas o considerarlas como dioses, no hacerlas.



Otro pasaje que lo deja muy claro es el siguiente:

Tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Yahveh os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o femenima, figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo, figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra. Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo”



Dios manda a hacer imágenes

Una prueba evidente de que Dios no prohibió en sí, la fabricación de imágenes la tenemos en la misma Biblia. Veamos varios ejemplos:

Dios mandó a hacer figuras de querubines sobre el arca de la alianza:

Harás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto… Harás, además, dos querubines de oro macizo; los harás en los dos extremos del propiciatorio: haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio”



El templo de Salomón estaba lleno de imágenes de querubines.



¿Y la genuflexión no es idolatría por ser símbolo de adoración?

Es frecuente escuchar a estos argumentos, que el católico si adora las imágenes porque se arrodilla ante ellas. Sin embargo en la Biblia estar de rodillas puede tener varios significado.



Se puede estar de rodillas para adorar

Cuando Pedro entraba salió Cornelio a su encuentro y cayó postrado a sus pies. Pedro le levantó diciéndole: «Levántate, que también yo soy un hombre”.

Yo, Juan, fui el que vi y oí esto. Y cuando lo oí y vi, caí a los pies del Angel que me había mostrado todo esto para adorarle. Pero él me dijo: «No, cuidado; yo soy un siervo como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.»”

En los dos últimos pasajes, ambos hombres, Cornelio y Juan se pusieron de rodillas con intención de adoración, y por eso su gesto es reprobado. El texto aclara que Juan cayo a sus pies "para adorarle", a lo que el ángel responde: "A Dios tienes que adorar".



Se puede estar de rodillas para venerar

Pero estar de rodillas también puede hacerse como una muestra de veneración y respeto, como lo vemos en otros pasajes en que este acto no es reprobado, por ejemplo cuando el Rey Salomón se arrodilla ante su madre y nadie entendió que por eso él la adoraba.

Entró Betsabé donde el rey Salomón para hablarle acerca de Adonías. Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella, y se sentó después en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra”

Abdías se arrodilló ante Elías y este no le corrige porque era por respeto también:

“Estando Abdías en camino, le salió Elías al encuentro. Le reconoció y cayó sobre su rostro y dijo: ¿Eres tú Elías, mi señor?»”

Ante Eliseo también se pusieron de rodillas:

Habiéndole visto la comunidad de los profetas que estaban enfrente, dijeron: «El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo.» Fueron a su encuentro, se postraron ante él en tierra

Daniel se arrodillo ante el ángel Gabriel:

Mientras yo, Daniel, contemplaba esta visión y trataba de comprenderla, vi de pronto delante de mí como una apariencia de hombre, y oí una voz de hombre, sobre el Ulay, que gritaba: «Gabriel, explícale a éste la visión.» El se acercó al lugar donde yo estaba y, cuando llegó, me aterroricé y caí de bruces. Me dijo: «Hijo de hombre, entiende: la visión se refiere al tiempo del Fin.» Mientras él me hablaba, yo me desvanecí, rostro en tierra. El me tocó y me hizo incorporarme donde estaba”

Las mujeres se arrodillaron frente a ángeles en el sepulcro:

No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?”

Existen muchos más ejemplos adicionales en toda la Escritura en donde postrarse significa solamente un acto de veneración y en donde en ningún momento se censura como acto idolátrico.

A pesar de esto, los protestantes suelen citar los primeros pasajes donde la genuflexión lleva implícito un acto de idolatría, pero nunca estos. ¿Puede ser consecuente una interpretación de la Escritura que construye su doctrina de pasajes aislados e ignora el resto?



Conclusión

Tan seguro de que amanecerá mañana es que los protestantes seguirán utilizando la trillada acusación de idolatría para para confundir a católicos poco formados y atraerlos a su grupo religioso.

Es en parte responsabilidad de nosotros y de nuestros pastores por nuestras fallas a la hora de transmitir la fe integra y sin contaminación. Si usted pregunta a algún amigo católico si las imágenes se adoran y no sabe responder, ya sabe que allí hay alguien que necesita ser evangelizado y con urgencia. No es en este sentido falso el viejo adagio: “Católico ignorante, seguro protestante”

La historia del hombre, alianzas, cuentos, poemas y milagros son parte del libro que los cristianos usamos como manual de vida. El Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 103 nos enseña que la Biblia es el mismo cuerpo de Cristo, por lo que cada cristiano debe valorarla y venerarla como tal.
 

Otra enseñanza que la iglesia católica inculca a sus fieles es que las sagradas escrituras son interpretadas por el Espíritu Santo, sin embargo para descubrir la intención de cada versículo es obligación del creyente conocer la intención y cultura de sus autores, es por ello que debemos trabajar en nuestros grupos, parroquias y asociaciones para enseñar a cada miembro el verdadero sentido de las escrituras.


Cuándo le preguntamos a un joven ¿cómo lees la biblia? las respuestas son tan diversas que entramos en la necesidad de preguntarnos ¿cuál es la manera correcta?, algunos argumentan que con solo la dirección del Espíritu Santo es suficiente y la inspiración divina basta, otros en cambio advierten de la obligación de manejar ciertas reglas para la lectura de las sagradas escrituras.


Los estilos y metodologías para contemplar la palabra de Dios se adhieren criterios básicos que la iglesia dicta para su estudio, empezando por la regla de oro que los evangelios son el centro de las escrituras porque en ellos Cristo es el centro.

 

En el chat de este martes deseamos compartir cuál es la manera correcta de escudriñar la palabra de Dios y realizar estudios y oraciones concientes lo que el Espíritu Santo desee en los corazones de sus fieles.

La expresión «unión de hecho» abarca un conjunto de múltiples y heterogéneas realidades humanas, cuyo elemento común es el de ser convivencias (de tipo sexual) que no son matrimonios.

Las uniones de hecho se caracterizan, precisamente, por ignorar, postergar o aún rechazar el compromiso conyugal. De esto se derivan graves consecuencias.

Con el matrimonio se asumen públicamente, mediante el pacto de amor conyugal, todas las responsabilidades que nacen del vínculo establecido. De esta asunción pública de responsabilidades resulta un bien no sólo para los propios cónyuges y los hijos en su crecimiento afectivo y formativo, sino también para los otros miembros de la familia.

De este modo, la familia fundada en el matrimonio es un bien fundamental y precioso para la entera sociedad, cuyo entramado más firme se asienta sobre los valores que se despliegan en las relaciones familiares, que encuentra su garantía en el matrimonio estable.

El bien generado por el matrimonio es básico para la misma Iglesia, que reconoce en la familia la «Iglesia domestica»[2]. Todo ello se ve comprometido con el abandono de la institución matrimonial implícito en las uniones de hecho.

Puede suceder que alguien desee y realice un uso de la sexualidad distinto del inscrito por Dios en la misma naturaleza humana y la finalidad específicamente humana de sus actos. Contraría con ello el lenguaje interpersonal del amor y compromete gravemente, con un objetivo desorden, el verdadero diálogo de vida dispuesto por el Creador y Redentor del género humano.

La doctrina de la Iglesia Católica es bien conocida por la opinión pública, y no es aquí necesario repetirla[3]. Es la dimensión social del problema la que requiere un mayor esfuerzo de reflexión que permita advertir, especialmente por quienes tienen responsabilidades públicas, la improcedencia de elevar estas situaciones privadas a la categoría de interés público.

Con el pretexto de regular un marco de convivencia social y jurídica, se intenta justificar el reconocimiento institucional de las uniones de hecho. De este modo, las uniones de hecho se convierten en institución y se sancionan legislativamente derechos y deberes en detrimento de la familia fundada en el matrimonio.

Las uniones de hecho quedan en un nivel jurídico similar al del matrimonio. Se califica públicamente de «bien» dicha convivencia, elevándola a una condición similar, o incluso equiparándola al matrimonio, en perjuicio de la verdad y de la justicia. Con ello se contribuye de manera muy acusada al deterioro de esta institución natural, completamente vital, básica y necesaria para todo el cuerpo social, que es el matrimonio.

Los motivos personales y el factor cultural

Es importante preguntarse por los motivos profundos por los que la cultura contemporánea asiste a una crisis del matrimonio, tanto en su dimensión religiosa como en aquella civil, y al intento de reconocimiento y equiparación de las uniones de hecho.

De este modo, situaciones inestables que se definen más por aquello que de negativo tienen (la omisión del vínculo matrimonial), que por lo que se caracterizan positivamente, aparecen situadas a un nivel similar al matrimonio.

Efectivamente todas aquellas situaciones se consolidan en distintas formas de relación, pero todas ellas están en contraste con una verdadera y plena donación recíproca, estable y reconocida socialmente.

La complejidad de los motivos de orden económico, sociológico y psicológico, inscrita en un contexto de privatización del amor y de eliminación del carácter institucional del matrimonio, sugiere la conveniencia de profundizar en la perspectiva ideológica y cultural a partir de la cual se ha ido progresivamente desarrollando y afirmando el fenómeno de las uniones de hecho, tal y como hoy lo conocemos.

La disminución progresiva del numero de matrimonios y de familias reconocidas en tanto que tales por las leyes de diferentes Estados, el aumento del número de parejas no casadas que conviven juntos en ciertos países, no puede ser suficientemente explicado por un movimiento cultural aislado y espontáneo, sino que responde a cambios históricos en las sociedades, en ese momento cultural contemporáneo que algunos autores denominan «post-modernidad».

Es cierto que la menor incidencia del mundo agrícola, el desarrollo del sector terciario de la economía, el aumento de la duración media de la vida, la inestabilidad del empleo y de las relaciones personales, la reducción del número de miembros de la familia que viven juntos bajo el mismo techo, la globalización de los fenómenos sociales y económicos, han dado como resultado una mayor inestabilidad de las familias y favorecido un ideal de familia menos numerosa.

Pero ¿es esto suficiente para explicar la situación contemporánea del matrimonio?

Para leer el documento completo visite: http://www.aciprensa.com/Docum/pcfunion00.htm

Un guía espiritual es alguien que vive una vida coherente, que ha trabajo en su persona y se ha mejorado para poder ser una guía para otros.

Debido a su experiencia puede orientar y aconsejar sobre cualquier tipo de problemas. Para los católicos la persona idónea es un sacerdote o bien una persona religiosa, puede ser una hermana o hermano consagrado.

No es fácil elegir al que será el guía de decisiones difíciles o quien conocerá todo sobre nuestra vida. El verdadero guía espiritual se vuelve nuestro mejor amigo, en quien confiamos nuestros miedos, incertidumbres y problemas, por ello debe tener toda nuestra confianza.

Por qué es necesario?

Así como nuestro cuerpo necesita medicinas cuando enfermamos, nuestra alma también necesita atención. El médico para el alma viene siendo ese guía pues hay problemas en la vida que no se resuelven rápido y necesitamos de un proceso acompañado por alguien que nos oriente mejor en la toma de decisiones.

Elegir un guía espiritual no es tan fácil, pero te damos algunos puntos que debes tener en cuenta:

1. Observa su vida. No puedes dar lo que no tienes. Alguien que vive su vida con coherencia y paz sabrá darte las herramientas que necesitas para vivir feliz.

2. Averigua: cuando alguien es muy bueno la fama se hace sola. Pregunta en tu comunidad, fíjate a quien acuden las personas a confesarse o buscar dirección, seguramente esa persona sea la indicada.

3. Saca conclusiones. Después de haber hablado con esta persona por primera vez analiza como te sentiste, si te hizo reflexionar.

4. Te aconseja no impone. El asesor o guía espiritual te orienta, nunca te presiona para que tomes decisiones.

¿Y tú ya tienes el tuyo?

La familia es la célula fundamental de la sociedad, constituye la unidad de reproducción y mantenimiento de la especie humana. Es una forma de organización en torno a la unión de pareja, en base a la cual se desarrollan todas las relaciones parentelares.

Una familia funcional es aquella en la cual, las reglas de convivencia, son flexibles y negociables. Los miembros de las familias disfuncionales, desempeñan ciertos papeles para mantener las necesidades en equilibrio, pero estos papeles son flexibles y compartidos por todos los integrantes.

Una familia que no satisface las necesidades emocionales de sus integrantes, no cumple con sus funciones, o sea es una familia disfuncional. Un aspecto de la disfuncionalidad, es la falta de comunicación, los miembros no pueden expresar libremente sus sentimientos, la unión no es productiva.

La comunicación defectuosa, lleva a un deterioro en el relacionamiento de sus miembros, que provoca discusiones, frustraciones, hostilidades. También podemos encontrar como manifestación típica de estas familias, la confusión de roles dentro de la misma.

Las familias nucleares como grupo, funcionan de manera más eficaz, al tener menor cantidad de miembros, hay más oportunidad de expresión social y psicológica. Por lo general, los adultos a cargo de las familias disfuncionales, cuentan con una deficiente educación, asumen modelos comunicacionales autoritarios, rígidos y tradicionales, que apelan a la represión, el miedo, la prohibición, los sermones, los silencios.

Otro rasgo que caracteriza la disfuncionalidad, es la falta de cohesión, donde los miembros de la familia, no se brindan ayuda frente a los problemas.

RASGOS TÍPI COS DE LAS FAMILIAS DISFUNCIONALES:

Las familias disfuncionales, niegan que exista un problema en su seno, y responden de manera agresiva a todo intento de ayuda.

La mentira es empleada como forma de ocultamiento de la realidad, para mantener una fachada aparentemente normal. La desesperanza y la frustración, contribuyen a desarrollar una incapacidad para afrontar los problemas.

Se dan manifestaciones de violencia física y emocional. No se comparten actividades colectivas positivas, tan sólo las crisis. El relacionamiento afectivo se da en base al autoritarismo y el miedo, con ausencia del cariño y la tolerancia.