Valentía sinónimo de amor. Ser valiente en estos tiempos no implica vestir con botas y capa o tener super poderes, aunque creo que a nadie le caerían mal; ser valiente implica enfrentar la vida con una buena actitud y con fe en Dios, defender tus ideales sin dañar a tu prójimo, que es la forma más cercana de amar a todos como Dios nos amó.

 

Ser valiente es soñar despierto con un mundo mejor y tomar la iniciativa aunque nadie te siga, es estar convencido de que con Dios a tu lado no tienes nada que temer.

Otra forma de ser valiente es decir soy ama de casa y esta es mi vocación, que es mi caso y de lo cual me siento totalmente orgullosa.

Para mí, siempre fue prioridad mi vida de familia, recuerdo tener desde siempre escritos los nombres que le daría a mis hijos, que por cierto no son los que tienen ahora.

Soñaba con el día de mi boda, también me cuentan que desde niña rezaba por esa persona con la cual iba a compartir mi vida, en fin, siempre fue algo importante para mí y ahora que lo tengo es mi más preciado tesoro.

Para gustos hay colores, dicen, pero es difícil emocionalmente ir contra la corriente, es duro sentirse aplastado por la falta de apoyo de la misma sociedad que tanta presión ejerce, tanto sobre las mujeres que tienen puestos ejecutivos de alto mando, como la que sufrimos las mujeres que solo nos dedicamos al hogar, lo cual conlleva muchas más cosas que los quehaceres domésticos.

Es tan espinoso aceptarnos como respetar las decisiones e intereses del prójimo. Y es tan sencillo como decir, si tú eres feliz, yo lo soy contigo.

Les voy a enumerar unos cuantos beneficios de este trabajo sin fin. No solo somos esposas, somos madres, educadoras, enfermeras, cocineras, psicólogas y mucho, mucho más.

No hay monotonía en este trabajo, pues ningún día es igual a otro. Las tareas son muchas, pero tienes todo el día para realizarlas. Tu paga es invaluable, pues no es dinero, sino la satisfacción de ver crecer a tu familia y sentirte realizada como mujer ¿qué trabajo te da todos estos beneficios?

Gracias a Dios puedo decir que soy feliz haciendo lo que hago, siendo lo que soy, amando a mi esposo y a mis hijos, cuidándolos y disfrutando mi vida con ellos.

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