Lempira, abril 2025. - Un equipo conformado por entusiastas misioneros jóvenes, entre ellos monaguillos, coordinadores de grupos juveniles, catequistas de confirmación y miembros del coro, acompañados por el padre Efrén Artiga, SDB y el tirocinante hermano Alfonzo Argueta SDB, llevó a cabo una intensa y emotiva misión evangelizadora en la Parroquia San Manuel de Colohete, ubicada en la Diócesis de Gracias, Lempira.
La experiencia comenzó con su participación en la Misa Crismal el miércoles, día de su llegada a la diócesis. Posteriormente, fueron enviados a la parroquia asignada, donde fueron cálidamente recibidos por los encargados locales y representantes parroquiales. Ese mismo día, se unieron a la comunidad en la celebración de la Eucaristía.
Desde el jueves, los jóvenes se integraron activamente en los distintos sectores de la parroquia. Entre las actividades destacadas estuvieron la preparación y celebración de los oficios del Triduo Pascual, incluyendo la Cena del Señor, el Santo Vía Crucis, la adoración a la Santa Cruz y, en algunos sectores, la procesión del silencio y el Santo Entierro. Además, ofrecieron un retiro espiritual abierto a toda la comunidad, fortaleciendo la vida de fe de los asistentes.
El sábado, la parroquia se convirtió en punto de encuentro para una mañana de convivencia. Jóvenes de diferentes aldeas compartieron sus vivencias, conocieron más sobre el carisma salesiano y tuvieron la oportunidad de conocer cómo los jóvenes misioneros respondieron al llamado de Jesús para unirse a las misiones. Más tarde, en una jornada de cercanía fraterna, los misioneros visitaron los hogares de la comunidad para compartir, bendecir a las familias y asperjar agua bendita, llevando consuelo y alegría a cada rincón. La celebración culminó con la Vigilia Pascual, que comenzó a las 6:30 p.m. con la bendición del fuego y la solemne procesión hacia el templo.
El domingo de Pascua, durante la Eucaristía de Resurrección, los jóvenes fueron despedidos con muestras de profundo cariño por parte de los feligreses, quienes agradecieron su entrega y testimonio.
La misión dejó huellas de fe, alegría y compromiso cristiano, tanto en quienes recibieron la Palabra como en quienes la llevaron con entusiasmo y amor.