Blogs

La Iglesia quiere ofrecer su contribución en defensa de la dignidad, papel y derechos de las mujeres; quiere reflexionar sobre sus problemas considerados a la luz de la Palabra de DiosBasándonos en las enseñanzas del papa Juan Pablo II, podemos responder a la pregunta de la siguiente manera.

La inteligencia sirve de ayuda a la voluntad, pues le da a conocer lo que es bueno. Pues nadie ama lo que no conoce.La inteligencia es la más elevadas de las facultades del alma. Lo propio de esta facultad es pensar, razonar. Inicialmente, cuando nacemos, la inteligencia no conoce nada. Pero poco a poco se activa y crece. Siempre se puede pensar más y mejor.

¿Por qué Dios no impidió el pecado? Porque la criatura humana tenía que ser libre para poder escoger conscientemente la respuesta de fe, gratitud, adoración y amor. Es necesario calibrar justamente el peso del pecado en la historia de la humanidad.

“Nos has creado, Señor, para Ti; y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. San Agustín.Desde el punto de vista cristiano, la explicación más profunda de cómo es y cómo funciona el ser humano es que ha sido hecho por Dios y para Dios. Enseña el Catecismo de la Iglesia Católica “Dotada de alma espiritual, de entendimiento y de voluntad, la persona humana está desde su concepción ordenada a Dios y destinada a la felicidad eterna. Camina hacia su perfección en la búsqueda de la Verdad y en el amor al Bien” (1711).

El niño es el ser más débil y más necesitado. Por ello Jesús manifiesta su predilección por los niños: “El que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba, no me recibe a mí sino al que me ha enviado” (Mc 9,37). También Jesús hacía ‘el análisis de la coyuntura’ en su tiempo. Lo hacía con mirada de pastor: “Al ver a tanta gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados como ovejas sin pastor” (Mt 9,36).

La unión y distinción entre los sexos no solo enriquecen la humanidad, sino que son esenciales para entender el amor verdadero y la familia.La realidad de la naturaleza humana no la realiza en plenitud ni la mujer ni el varón por separado, sino la unión de esos dos tipos de configuración de lo humano. Ambos son complementarios. Y no solo eso, sino que lo humano en sí no es propiamente humano sin lo femenino o sin lo masculino.