Comayagüela, mayo de 2025 — Mientras la ciudad dormía en la madrugada del domingo 11 de mayo, un grupo de jóvenes de la zona Sagrado Corazón de Jesús, perteneciente a la Parroquia María Auxiliadora, se preparaba para una misión especial: llevar alegría y esperanza a través de la música, con la ya tradicional serenata del Día de la Madre.
Desde las 12:00 a.m., recorrieron calles y hogares, entonando cantos llenos de amor para despertar a las madres con un mensaje claro: no están solas, son amadas, valoradas y recordadas por su entrega diaria. Más que una costumbre, esta serenata se ha convertido en una verdadera expresión de fe y compromiso comunitario.
La iniciativa nació hace diez años, gracias a la inspiración de Deysi López, catequista de una pequeña comunidad, quien sembró en los corazones de los jóvenes el deseo de hacer algo diferente, auténtico y profundamente humano. Desde entonces, cada segundo domingo de mayo, las madres esperan con ilusión ese momento que, año tras año, les arranca lágrimas de emoción y les revive recuerdos cargados de ternura. “Ver sus ojos brillar al escucharnos cantar no tiene precio. Es como si, por un instante, se sintieran abrazadas por Dios mismo”, comentó uno de los jóvenes participantes.
Este gesto sencillo, pero lleno de significado, nos recuerda que la juventud no es solo el futuro, sino el presente vivo que transforma y anima a la comunidad. Porque cuando los jóvenes se levantan con amor y convicción, suceden milagros silenciosos que tocan lo más profundo del alma.