Las FMA son una Familia religiosa nacida del gran corazón de san Juan Bosco y de la fidelidad creativa de santa María Dominica Mazzarello. El Fundador eligió el nombre de «Hijas de María Auxiliadora» porque quiso que el Instituto fuese un «monumento vivo» de gratitud a la Virgen.
Las FMA son, en la Iglesia, mujeres consagradas que, viviendo en comunidad y estando entre la gente, especialmente niños, chicas y jóvenes, manifiestan la mística y la profecía de un amor apasionado por Jesús.
Sus orígenes
La decisión de fundar una Congregación religiosa, para la educación de las jóvenes, maduró en Don Bosco gracias a la solicitud de varias personas; de la constatación del estado de abandono y pobreza en el que se encontraban muchas niñas; del contacto con diversos Institutos femeninos; de la confirmación del papa Pío IX que lo animó en esta opción; de repetidos «sueños» y hechos extraordinarios contados por él mismo; de la profundidad de su devoción mariana.
Mientras estaba madurando este proyecto, en Mornese (Alessandria), María Dominica Mazzarello, como miembro de la Asociación de las Hijas de la Inmaculada, animaba un grupo de mujeres jóvenes que se dedicaba a las niñas del pueblo, con el objetivo de enseñarles a adquirir habilidades en la costura, pero, sobre todo, les ayudaban a crecer como buenas cristianas y honradas ciudadanas.
Así, dos intenciones diversas convergieron en un ideal idéntico: había que crear, también para las chicas y las jóvenes, una Familia religiosa análoga a la de los Salesianos: un nuevo carisma educativo en la Iglesia. Para la fundación, Don Bosco eligió el grupo de las Hijas de la Inmaculada de Mornese. María Dominica Mazzarello fue Cofundadora y ayudó a dar forma y desarrollo a la nueva institución.
Historia desde la fundación hasta hoy
El 5 de agosto de 1872, en Mornese, el primer grupo de once jóvenes hicieron la Primera Profesión para ser, en la Iglesia y en la sociedad, religiosas educadoras de las jóvenes, especialmente las de las clases populares. Permanecieron en la casa de la fundación de 1872 hasta 1879. En ese breve periodo de tiempo se plasmó una identidad y una espiritualidad que toma el nombre del pequeño pueblo de origen: el «Espíritu de Mornese».
Guiadas por la sabiduría formativa de Madre Mazzarello y por el constante acompañamiento de Don Bosco, las FMA conjugaron con creatividad el «Sistema Preventivo» de Don Bosco con los recursos femeninos y con las exigencias de la educación de la mujer y de la infancia, con una activa presencia en la escuela y en la catequesis. Tras obtener la aprobación diocesana de las Constituciones, por el obispo de Acqui, el 23 de enero de 1876, las FMA, impulsadas por el ardor misionero, comenzaron a salir de Mornese para llegar en 1877 a Uruguay y, después, a Argentina. Desde entonces, el Instituto se fue difundiendo, cada vez más, en Italia, por el resto de Europa y en América.
Desde 1891 las FMA están presentes en Asia, desde 1893 en África y desde 1954 en Australia. La misión se actúa en una pluralidad de ambientes educativos abiertos a la multiculturalidad y a la interreligiosidad con una particular atención a las niñas, a las chicas y a las mujeres.
A partir de 1908 se constituyen las primeras Inspectorías en Italia y en América Latina. En 1911, a 39 años de la fundación, el papa Pío X concede la aprobación pontificia del Instituto.
Hasta hoy, las FMA han experimentado una notable expansión geográfica orientándolas a responder a las necesidades educativas presentes en los cinco continentes. En todas partes quieren responder a las nuevas formas de pobreza de los niños, de los jóvenes, de las familias, de los migrantes.
Hoy, las FMA presentes en 96 países de los cinco continentes, son 11.791 y las casas son 1.362. La misión de las FMA privilegia la educación integral, sobre todo de las jóvenes y de los jóvenes, que se encuentran en situaciones de pobreza y riesgo, no solo en los países cristianos, sino también en aquellos que aún no han sido evangelizados o descristianizados. En los diversos contextos socioculturales, las FMA se proponen ser una presencia evangelizadora que crea cultura en defensa de los derechos de los más pobres y en favor de la justicia y de la paz.
De esta manera, el Instituto continúa experimentando nuevas formas de vitalidad carismática, también gracias a la valorización de la vocación laical de las Exalumnas/os y de los Salesianos Cooperadores, con quienes comparte la misión educativa.
El carisma educativo
Animadas por el carisma salesiano con los rasgos específicos del «Espíritu de Mornese», las FMA tienen como finalidad de sus obras el crecimiento integral de las personas, la formación en la fe a través de una catequesis sistemática y la educación a una ciudadanía activa, a la gratuidad y a la solidaridad.
A inspiración de Madre Mazzarello el mensaje educativo se basa en hacerse cargo de la persona, educarla para que descubra su vocación para dar una aportación responsable en la familia, en la sociedad y en la Iglesia.
La educación de la joven es una opción prioritaria de las FMA que se ha realizado en varios países con intervenciones diversificadas: formación cultural y evangelización, inserción en el mundo del trabajo, promoción de cooperativas de mujeres en las misiones, recuperación de chicas que en las periferias de las grandes ciudades son, fácilmente, víctimas de la trata y de la prostitución, animándolas a luchar por su dignidad y por la elaboración de una cultura inspirada en el humanismo cristiano.
País |
Instituciones |
Obras de ayuda social |
Personas |
Guatemala |
3 |
2 |
4,300 |
El Salvador |
5 |
1 |
5,100 |
Honduras |
5 |
1 |
2,900 |
Nicaragua |
5 |
6 |
4,590 |
Costa Rica |
2 |
3 |
3,600 |
Panamá |
1 |
2 |
1,900 |
Total |
21 |
15 |
22,390 |
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