Como en años anteriores, durante la Semana Mayor 2013, el colegio Salesiano Don Bosco de Guatemala envió un Grupo de 21 jóvenes misioneros para evangelizar y llevar la buena nueva, este año se dirigieron a diferentes aldeas  del municipio de Santa Ana, Petén específicamente: “La Laguna”, “Nueva Esperanza”, “Nuevo por venir”, “El Ocote” y “Purushila”. A donde se enviaron delegaciones de 3-4 jóvenes del grupo total a cada aldea para cumplir con las diferentes responsabilidades que implica evangelizar y llevar la experiencia de una vida con devoción a nuestras tradiciones religiosas a esta porción del pueblo de Dios.

 “Fue una experiencia que marco mucho mi vida, por primera vez experimenté la verdadera forma en la que se debería vivir la semana santa, sirviendo a Dios” y más testimonios como éste son frecuentes entre los jóvenes misioneros.

Durante el desarrollo de esta actividad misionera se realizaron diversas dinámicas para jóvenes y adolescentes siempre en el contexto religioso. Donde el objetivo primordial era el de aumentar y profundizar la fe de los aldeanos. Entre otras cosas, se reforzaron, además, los valores característicos de nuestro país durante esta Semana Mayor.

Uno de los rasgos que cabe resaltar de estos pobladores, es que incluso al carecer de un presbítero que los guíe y sea pastor para ellos en el camino de Dios, no pierden el seguimiento de  su palabra y su buena nueva, ya que al no poder celebrar una misa, compensan ésta con la celebración de la palabra. Demostrando así que no importa las carencias que alguien pueda tener, lo importante es jamás alejarse de Dios.

“Para mí, una de las principales razones por las que se realizó esta misión, aparte de llevar la palabra de Dios a otras personas, es para seguir el ejemplo de nuestro padre Don Bosco, de ser educadores para otros jóvenes”.  En Síntesis, esta fue una actividad en la que los involucrados tuvieron una experiencia gratificante, tanto los aldeanos que recibieron la experiencia de crecer en su fe, como los misioneros que son un vivo ejemplo de cumplir con los mandatos, tanto de nosotros los salesianos de ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, como decía Don Bosco, como cristianos de entregarnos al servicio de la iglesia, y sobre todo de ser profetas de las enseñanzas de Dios.