Juan Pablo II en el número 13 de su Carta a las Familias (1994) llama a la crisis de nuestra época una profunda crisis de la verdad. Y añade "Crisis de verdad significa, en primer lugar, crisis de conceptos. Los términos 'amor', 'libertad', 'entrega sincera', e incluso 'persona', 'derechos de la persona', ¿significan realmente lo que por su naturaleza contienen?"
Veamos a continuación un ejemplo de cambio de significado de los conceptos. Nos guiará el Doctor australiano John Wilks, de la Academia de Ciencias de Nueva York.
Las palabras 'anticoncepción post-coital' o 'anticoncepción pre-implantatoria' son usadas hoy día para describir un fármaco que detiene la implantación de un embrión humano en el útero materno. Estamos hablando de la píldora 'del día después'. Esta píldora funciona a base de hormonas sintéticas femeninas.
Para incrementar la difusión de esta píldora, se hace un mal uso del término anticoncepción, y se cambia la definición de concepción, embarazo y aborto. Lo peor es que estos errores se convierten después en la base de leyes sociales injustas.
Los significados originales de estos términos han sido alterados con fines ideológicos y comerciales, hasta llegar a llamar anticonceptivo lo que en realidad es abortivo. Los vendedores saben que muchas personas que practican la anriconcepción, no están dispuestos a abortar. De ahí surge el interés de hacer pasar como anticonceptivo lo que en realidad es un abortivo.
Repasemos primero algunos conceptos básicos:
- La anticoncepción es la acción encaminada a impedir la unión del espermatozoide con el óvulo.
- Fecundación es el proceso que comienza cuando el espermatozoide entra en contacto con el óvulo, y termina con la combinación de los cromosomas masculinos y femeninos. Este proceso se completa en aproximadamente 24 horas.
- Zigoto es la célula formada por la fusión del espermatozoide con el óvulo. Como consecuencia de esta fusión comienza una nueva vida humana. El zigoto es el principio de un embrión, es decir, de la concepción de un nuevo ser humano, y el inicio de un embarazo.
- Abortivos son fármacos cuyo efecto tiene lugar después de la concepción.
La píldora del 'día después' (el día después de la relación sexual), está cargada con grandes dosis de estrógeno para evitar la implantación del embrión en el útero. La implantación tiene lugar seis días después de la fecundación. Las hormonas de la píldora evitan la implantación, no la fecundación. En consecuencia no debe llamarse píldora anticonceptiva, sino píldora abortiva.
Recordemos bien estos conceptos, porque los vendedores de la píldora del 'día después' necesitaban presentarla como anticonceptiva y no como abortiva. Por eso retorcieron el significado de las palabras de la siguiente manera:
Los orígenes del error lingüístico se remontan al texto Obstetric-Gynecologyc Terminology, publicado en 1972 por el American College of Obstetrics and Gynecology. En ese texto, la concepción se definió como 'la implantación del embrión'. Como consecuencia de esta nueva definición, la supresión del embrión humano, desde el momento de su concepción hasta el momento de su implantación, dejaría de ser una acción abortiva. En esos días para estas personas no existe embarazo.
Asómbrese usted: la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia pidió en 1985 al Comité sobre aspectos médicos de la reproducción humana, que "desarrollara una definición exacta de embarazo". Parece que ahora las definiciones de las cosas son objeto de 'desarrollo'. El Comité acordó lo siguiente: "El embarazo se establece sólo con la implantación del óvulo fecundado. Un abortivo interrumpe un embarazo sólo después de la implantación." ¿Se advierte la inexactitud de estas definiciones?
Pues son muchos los que desde entonces hacen referencia a estos textos erróneos para justificar sus posiciones. Es un claro ejemplo de 'nuevo lenguaje', donde la re-definición de palabras se produce para ajustarse a una campaña pro-aborto. Evidentemente, cuando se cambia el significado de una palabra, la verdad se traiciona.
Desde entonces se hace difícil devolver a las palabras su significado verdadero y científico porque, durante las últimas décadas, la intención de influir sobre los creadores de opinión en la sociedad ha tenido un gran éxito. Alguien ha escrito ya que 'la fecundación es un paso necesario, pero insuficiente, para el embarazo'. Los fármacos que intentan impedir la implantación no los consideran ya formas de aborto. La concepción se utiliza como sinónimo de implantación.
Ahora, aquellos que buscan promocionar, por cualquier medio, el control de la natalidad, denominan al embrión humano "pre-embrión". Se trata de un término sin ninguna base científica. Son definiciones ideológicas, que están en total conflicto con la Embriología contemporánea.
Recordémoslo: la concepción humana comienza con la fecundación, momento en el cual el espermatozoide se une a un óvulo. La implantación ocurre al sexto día de embarazo.
En Costa Rica estamos sufriendo muy de cerca las consecuencias de estas campañas de re-definición de términos. La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuando obliga al país a aprobar la fecundación in vitro se basa en estas falsas definiciones, según las cuales antes de la implantación en el útero, el embrión no es un ser humano y, por lo tanto, se le puede eliminar. ¿Qué grado de obligatoriedad puede tener para un país esa sentencia internacional que falta a la verdad científica y a la verdad ética?