San José, septiembre 2025. – La Banda Padre Emeterio Serrano (BAMPES) del Instituto Técnico Don Bosco vivió una experiencia histórica en la ciudad de Alajuelita, Costa Rica, del 14 al 19 de septiembre, atendiendo la invitación especial de CEDES Don Bosco para participar en las celebraciones patrias del hermano país.
La delegación panameña estuvo conformada por 150 músicos y bailarines del conjunto folclórico del colegio, quienes acompañados de profesores, padres de familia y del rector de ITDB padre José Manuel Solano, SDB, llenaron de color, música y tradición cada presentación con la alegría y el carisma que caracterizan a la juventud salesiana, dejando en alto el nombre de Panamá.
Durante los desfiles oficiales, la representación panameña contó con un abanderado de honor: el Embajador de Panamá en Costa Rica, H.S. Pacífico Manuel Escalona Ávila, quien acompañó con orgullo a la delegación del Instituto Técnico Don Bosco.
Como parte de la agenda, el 17 de septiembre se realizó un concierto sinfónico en el gimnasio de CEDES Don Bosco, seguido de un impresionante show de campo, donde ambas bandas musicales compartieron escenario, demostrando talento y hermandad.
Un momento especial de la visita fue el reconocimiento al Prof. Alexander Quiel, director de BAMPES, quien fue invitado a formar parte del staff de la Banda CEDES Don Bosco, que representará a Costa Rica en la prestigioso Desfile de las Rosas en Pasadena, California (EE.UU.) el próximo Año Nuevo.
Además, se anunció que la Banda de CEDES Don Bosco estará en Panamá en diciembre, donde se presentará junto a BAMPES en el Desfile de Navidad organizado por la Alcaldía de Panamá, fortaleciendo los lazos culturales y musicales entre ambas naciones.
Más allá de las presentaciones oficiales, la visita permitió a los jóvenes músicos y bailarines intercambiar recuerdos, experiencias y amistades, confirmando que la música es un lenguaje universal que une corazones y construye puentes de fraternidad.
Con esta gira, BAMPES primera banda musical escolar de Panamá, fundada en 1910, reafirma su papel como embajador cultural del país, llevando con orgullo la herencia musical y el espíritu salesiano a escenarios internacionales.
