"Pon tu mano madre mía, ponla antes que la mía" (Sor María Romero). Si bien muchos de los que han recibido favores de María Auxiliadora prefieren mantener el anonimato, especialmente cuando se trata de gracias espirituales, es importante recordar el deber de gratitud hacia nuestra Celestial Bienhechora. Este deber puede cumplirse de dos maneras: compartiendo el testimonio de la gracia obtenida o promoviendo la devoción a María por otros medios.

Un caso de sanación extraordinaria
El siguiente relato nos presenta un caso de sanación extraordinaria ocurrida en el año 1866. La esposa del Sr. Luigi Costamagna enfermó gravemente, padeciendo una combinación de inflamación, estreñimiento y una enfermedad parasitaria. Ante la gravedad del cuadro y la ineficacia de los tratamientos médicos, el Sr. Costamagna sugirió a su esposa encomendarse a María Auxiliadora, prometiendo visitar la iglesia de Valdocco en caso de obtener su sanación.

A pesar de la reticencia inicial de su esposa, quien prefería un santuario más cercano, el Sr. Costamagna la instó a no enfocarse en la distancia sino en la grandeza de la gracia esperada.

Una recuperación milagrosa
Apenas 30 minutos después de haber realizado la promesa, la esposa del Sr. Costamagna experimentó una notable mejoría. Su mente se liberó, su estómago se desoprimió, su apetito por el hielo y el caldo regresó, y pudo descansar tranquilamente durante la noche. A la mañana siguiente, el médico la declaró libre de peligro.

Un testimonio de fe y gratitud
El Sr. Costamagna no duda en atribuir la sanación a la intervención de María Auxiliadora. Agradecido por la gracia recibida, expresa su deseo de que este testimonio se difunda para mayor gloria de Dios y de la Santísima Madre.

Este relato nos invita a recordar el poder intercesor de María Auxiliadora y a no dudar en acudir a ella en nuestras necesidades. Su amor maternal y su compasión hacia sus hijos son inmensos.

Tomado del escrito original de Don Bosco "María Auxiliadora con el relato de algunas gracias obtenidas"

Compartir